"Las externalidades globales directas procedentes de Turquía, con una economía del tamaño de la de Los Ángeles, no van a ser grandes. Pero oímos esa palabra temida del 'contagio', el tipo de contagio que una vez provocó una crisis en Tailandia y se propagó a través de Asia, que más recientemente causó una crisis en Grecia y se propagó a través de Europa y ahora todo el mundo se preocupa de que la dificultades de Turquía se propaguen por los mercados emergentes del mundo", escribe en su última columna para 'The New York Times'.
Además, el economista destaca que el verdadero problema es "el estancamiento secular", que Krugman define como "una situación en la que la cantidad de personas que quiere ahorrar supera el volumen de inversiones que merecen la pena".
Si el estancamiento secular afecta a la economía mundial, Krugman advierte que el resultado será que "la economía mundial está destinada a balancearse entre las burbujas y la depresión".
"Así que Turquía parece enfrentarse a serios problemas y China, un jugador más grande, también parece un poco inestable. Pero lo que convierte estos problemas en terribles es la debilidad subyacente de las economías occidentales, una debilidad aún mucho peor causada por políticas, de verdad, realmente malas", concluye Krugman.