El gigante asiático va más allá de comprar materias primas en Latinoamérica y está vertiendo enormes sumas de dinero en proyectos de infraestructura en la región. La inversión china en la zona aumentó a 80.000 millones de dólares en 2013, así que actualmente América Latina representa casi el 13% de los gastos extranjeros de capital de China, informa la agencia Xinhua.
Nueva política industrial de Brasil, la reforma energética de México y las zonas económicas especiales de Cuba son los últimos movimientos que atraen a una nueva generación de empresas del titán asiático a esta región, declaró Xu Yingzhen, ministro de Comercio de China, en un foro recién celebrado en la ciudad china de Cantón, al cual asistieron los representantes de varios países de América Latina.
En este contexto, las relaciones comerciales entre los países de América Latina y EE.UU. están perdiendo su impulso, lo que presenta un gran desafío a los intereses en materia de política exterior de Washington. Según la Oficina del Censo de EE.UU., las exportaciones norteamericanas a América del Sur y Centroamérica se redujeron y pasaron de 183.000 millones de dólares en 2012 a 169.000 millones en 2013. Al mismo tiempo, las importaciones procedentes de América Latina también disminuyeron: de 172.000 millones de dólares en 2012 a 146.000 millones de dólares en 2013.
Aprovechando el creciente vacío que está dejando EE.UU. en la región, China reaccionó movilizando sus actividades comerciales en la zona, incluso alcanzando en algunos países latinoamericanos el estatus de principal socio comercial (por ejemplo, en Brasil en 2009) y convirtiéndose en el segundo mayor socio de la región en 2012. Las actividades comerciales entre ambas partes actualmente superan los 250.000 millones de dólares.
Además, se espera que las empresas chinas inviertan unos 500.000 millones de dólares en el extranjero durante los próximos cinco años. Los analistas dicen que una parte significativa de este dinero podría fluir en América Latina, ya que las compañías chinas están terminando varios contratos en el sector de infraestructura de la región.
Otra muestra de la actividad empresarial china en la región es la reciente adjudicación a la constructora industrial PowerChina de un proyecto de transmisión de energía por valor de cerca de 156 millones de dólares en el estado brasileño de Pará. En el marco del proyecto PowerChina transmitirá electricidad de la central hidroeléctrica de Belo Monte a las regiones de alta demanda en el sureste del país.
Los expertos señalan que China está lista para superar a EE.UU., convirtiéndose en el socio comercial más grande de América Latina para el 2030.