Así lo expresa en sus declaraciones a RT el analista internacional Julio Gambina, que subraya que lo que intenta ahora Kiev, que afronta serios problemas económicos y políticos, es "encontrar formas de financiamiento para intentar sobrellevar la coyuntura y poder resolver problemas a corto plazo".
"Cuando llegue el momento de pagar, habrá que ver especialmente con ajustes que significan deteriorar las condiciones de vida de la población ucraniana", advierte el analista.
Este martes Ucrania ha decidido aplicar una serie de medidas de austeridad para ahorrar fondos en el contexto de la extrema crisis económica que vive el país. Este paso ha sido anunciado por una diputada de la Rada Suprema.
En el marco de la iniciativa está prevista la congelación del índice con el que se calculan los ingresos que debe tener un ciudadano para no caer en la pobreza. El salario mínimo tampoco se revisará periódicamente, como tampoco se actualizarán los pagos para algunas categorías de jubilados, menores y discapacitados.
De este modo, las autoridades planean ahorrar 1.200 millones de dólares. Además, Kiev cuenta con recibir depósitos de otras naciones y organismos. Por ejemplo, Estados Unidos planea asignar 1.000 millones de dólares, otros 15.000 millones los aportará el FMI, mientras que Japón prestaría 1.500 millones de dólares.
Por otro lado, las nuevas autoridades ucranianas también afrontan pagos. Rusia reclama a Ucrania 3.000 millones del crédito por la compra de eurobonos. Kiev además adeuda casi 2.000 millones a la empresa Gazprom y otros 11.000 millones por el descuento en el precio del gas, que sería suspendido.