En su informe 'Perspectivas de la economía mundial' ('World Economic Outlook', por sus siglas en inglés), la institución financiera ha rectificado sus pronósticos después del estallido de la crisis en Ucrania causada por la revuelta contra el Gobierno legítimo
y ahora contempla el futuro con más pesimismo que hace unos meses.
Pese a que las principales economías mundiales, como EE.UU. y China, podrían seguir aspirando a un crecimiento de un 3,6% este año y de un 3,9% en 2015, las cifras globales para los años 2014-2015 se reducen en un 0,1% en comparación con los pronósticos emitidos en enero, cuando Ucrania acababa de entrar en la siguiente fase de la crisis. En consecuencia, el FMI se muestra preocupado por los efectos que la situación en Ucrania podría tener más allá de la región.
No obstante, el FMI pide no dramatizar, alegando que los riesgos geopolíticos aún no causan efectos macroeconómicos globales.
Los economistas argumentan que, por otra parte, la tensión entre Rusia y Occidente podría desatar una nueva turbulencia financiera y la huida de los capitales de los mercados financieros globales, mientras que la aplicación de sanciones mutuas perturbaría el comercio, en primer lugar en los mercados de materias primas, como los de petróleo y el gas.
Asimismo, el informe advierte de la fuerte disminución del crecimiento de las economías emergentes como Brasil, Sudáfrica y Turquía, y pronostica el posible regreso del capital de inversión a las economías desarrolladas, en primer lugar, a EE.UU.
Pese a las potenciales amenazas que podrían aguardar a la economía mundial a corto y medio plazo, el economista principal del FMI, Olivier Blanchard, indica que la recuperación de la economía global no solo se acentúa, sino que también "se expande geográficamente".