Kiev debe reconocer la independencia de Crimea, reformar la Constitución del país, regular la crisis en sus regiones orientales, celebrar elecciones legítimas si quiere recibir ayuda financiera de Moscú, indicó el ministro de Finanzas de Rusia, Antón Siluanov, tras reunirse con su homólogo alemán, Wolfgang Schauble, durante las negociaciones del G20 en Washington.
"Estas son cuatro condiciones para que Rusia pueda sugerir medidas de asistencia financiera adicional, tanto en cuestiones presupuestarias, como en los temas de gas", dijo.
Siluanov recalcó que Rusia no desea una escalada de tensión con Ucrania. "Queremos resolverlo pacíficamente como buenos vecinos", explicó, añadiendo que la concreción de una solución diplomática del conflicto dependerá de la decisión responsable de las autoridades de Ucrania y del apoyo de los socios europeos.
Al mismo tiempo, el ministro recordó que la deuda de gas de Ucrania, que ahora se estima en más de 2.200 millones de dólares también es un problema pendiente que amenaza el suministro de gas a Europa.
Esta semana el presidente ruso, Vladímir Putin, ha expresado su asombro ante la postura de Occidente respecto a la situación en Ucrania. "La situación es un poco extraña porque, como es sabido, nuestros socios en Europa reconocen la legalidad del actual Gobierno de Kiev, pero no hacen nada para apoyar a Ucrania", dijo Putin.
El mandatario ruso envió una carta el pasado jueves a los líderes de 18 países europeos, entre ellos Alemania y Francia, advirtiéndoles que la crisis de la deuda de Ucrania ha llegado a un nivel "crítico", lo que podría amenazar el tránsito de gas a Europa. Asimismo, abogó por una cooperación urgente, e instó a los socios occidentales de Rusia a tomar medidas.
En total, Moscú ha subvencionado la economía de Ucrania por una suma de 35.400 millones de dólares, junto con un tramo de ayuda de 3.000 millones enviados en diciembre
antes de que el mandatario legítimo, Víktor Yanukóvich, se viera obligado a abandonar el país en medio de la ola de violencia que derivó en la autoproclamación del actual Gobierno.
Debido a las deudas de gas contraídas por Ucrania, la empresa rusa Gazprom ha revocado todos los descuentos acordados y ha establecido un precio de 485 dólares por 1.000 metros cúbicos de gas, tarifa que Ucrania dice que no va a pagar por considerarlo políticamente motivado.