China aumenta su presencia en América Latina: en los últimos meses las empresas chinas concertaron dos acuerdos con la compañía estatal noruega Statoil sobre la compra del 40% del yacimiento petrolífero 'Peregrino', frente a las costas de Brasil y con la argentina Bridas Energy Holdings (Bridas) sobre la creación de una empresa conjunta para impulsar su producción y reservas de petróleo.
La empresa china Sinochem se quedó con una participación de 3.070 millones de dólares en un campo petrolero de la compañía estatal noruega Statoil en Brasil, en la segunda mayor adquisición energética por parte de una firma china en América Latina desde marzo.
En ese mes, China National Offshore Oil Corporation Limited Cnooc y la argentina Bridas Energy Holdings anunciaron que tendrán una participación cada una del 50% en una nueva empresa conjunta.
Bridas tiene intereses energéticos en Chile, Bolivia y Argentina. Se da la circunstancia, a su vez, de que Bridas y la británica British Petroleun (BP) son socios a partes iguales en Pan American Energy, la segunda productora de crudo y gas de Argentina después de YPF, lo que amplía las posibilidades de la compañía china.
Pero la presencia de China en América Latina no se reduce sólo al acceso a los mercados y a las materias primas, sino que es estratégica: la cooperación en el sector de la energía siempre se vincula con el desarrollo de relaciones en áreas como comercio, inversiones, colaboración política y militar. Brasil y Argentina poseen unas industrias nucleares, aeroespaciales y de telecomunicaciones poderosas.
Y la reciente crisis económica aumentó las actividades de China en América Latina. El Gobierno chino anima a las empresas estatales de energía, tanto de petróleo, gas, carbón u otras fuentes, a salir al exterior a comprar bienes para impulsar el crecimiento económico de China, segundo consumidor de crudo del mundo y que sólo es capaz de producir la mitad de su consumo.