"No somos EE.UU., carecemos del gas de esquisto, por lo que cualquier movimiento destinado a emprender sanciones causará un gran daño a nuestras empresas", dijo Tajani, quien además es vicepresidente de la Comisión Europea, al periódico 'Financial Times'.
Explicó su posición, de que en una lenta recuperación de la economía europea después de una grave recesión, la brecha de las relaciones comerciales con Rusia no mejorará el estado de la economía. Nombró a Alemania, Italia, Austria, Chipre y Grecia entre los países que pueden resultar muy afectados por la imposición de las sanciones.
Las asociaciones empresariales evalúan negativamente cualquier perspectiva de ampliación de sanciones occidentales contra Rusia. Así, la Federación Alemana de Ingeniería advierte que la actividad en su sector podría disminuir si el mercado ruso permanece cerrado a los socios alemanes. El presidente de la Cámara Franco-Rusa de Comercio, Emmanuel Quidet, ya pidió al Gobierno francés que se abstenga de promover sanciones económicas y que las mismas tendrán un fuerte impacto negativo en la situación del desempleo en Europa.
Quidet también explicó que los países que tienen intereses comerciales en Rusia, entre ellos Alemania, Francia, Italia y Luxemburgo, son reacios a aceptar las sanciones y que están obstaculizando este tema al más alto nivel. Los corresponsales del diario 'Kommersant' subrayan que en el caso de una formulación rígida de la pregunta de aplicar o no sanciones económicas contra Rusia, para Europa será difícil llegar a un consenso.
En el caso de activar las sanciones contra Rusia las pérdidas de la UE podrían llegar a un billón de euros, dijo por su parte el consejero presidencial ruso para la integración económica regional, Serguéi Gláziev.