La suma que Ucrania debe pagar por el gas natural ya consumido durante los últimos meses es de alrededor de 3.508 millones de dólares, y si esta deuda no es saldada antes del 16 de mayo, la empresa rusa Gazprom se verá obligada a activar el sistema de avance y, en caso de violación de las condiciones de pago, obtendrá el derecho a dejar de bombear el gas a Ucrania, totalmente o parcialmente.
En otras palabras, Gazprom va a bombear gas solo bajo condición de prepago.
La congelación del suministro podría acarrear consecuencias importantes para el país vecino, ya que la mayor parte de sus suministros, el 57%, proviene de Rusia, mientras que las importaciones desde Europa apenas alcanza un 4%. El país satisface por sí mismo el 39% de la demanda de gas.
Ante esta situación, los expertos empiezan a analizar las perspectivas de desarrollo de este conflicto para determinar cómo afectará a los consumidores de gas europeos, y si Ucrania podrá garantizar el tránsito de gas ruso a Europa, recordando que en 2009, cuando Rusia dejó de suministrar combustible a Ucrania por impago y Kiev empezó a utilizar el que iba destinado a países europeos.
A su vez, el Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que el programa de préstamos elaborado y aprobado en este organismo permita que el actual Gobierno cumpla con sus obligaciones con Gazprom.
El cese del suministro de gas ruso podría afectar considerablemente a las naciones de la UE, obligando a los europeos a cambiar sus modelos de abastecimiento energético, explica a RT el profesor de política económica Gregorio López Sanz.
No obstante, advierte el experto, las fuentes de las que actualmente dispone Europa, como, por ejemplo, el gas argelino, que proviene del norte de África, no pueden resolver este problema a corto plazo. "En el momento en que se dispare la demanda del gas argelino, [...] cabría esperar también aumentos en los precios del gas, y, por lo tanto, esto implicaría problemas de inflación y problemas de abastecimiento", resume.
Por su parte, Rusia, que ha llamado reiteradamente la atención de sus socios occidentales sobre la situación extrema que tiene lugar en este área, propone compartir la responsabilidad para evitar los posibles riesgos que amenazan el suministro del gas a Europa. "Creemos que la situación se está volviendo crítica y se deben tomar medidas urgentes para regularla", anunció hace unos días el ministro ruso de Energía Alexánder Nóvak, citado por Reuters.