Por qué los mercados de Rusia y China se atraen mutuamente

El consumo de gas natural en China está creciendo a un ritmo exponencial que supera la producción interna. Una situación que beneficia un acuerdo energético con Rusia, promovido también por las políticas frías de Occidente hacia Moscú y Pekín.
La crisis ucraniana ha vuelto a dividir al mundo en dos bloques. EE.UU. impone sanciones a Rusia y Europa hace su parte intentando reducir su dependencia del gas ruso. Ante las circunstancias, el Kremlin mira ahora hacia el este.

Diez años ha discutido la empresa gasística rusa Gazprom un acuerdo con China. Durante este tiempo se han barajado dos vías de suministro. La primera, desde el oeste de Siberia hasta el noroeste de China. En este caso, el gaseoducto se extiende por 2.600 kilómetros y su capacidad es la mitad a la del proyecto anterior: 30.000 millones de metros cúbicos de gas anuales. Y la segunda opción, complementaria: a través de un gaseoducto que entraría a China por el este de Siberia. Su longitud es de 4.000 kilómetros. Y su capacidad, 61.000 millones de metros cúbicos por año.
 
 
El mercado chino es interesante para Rusia, porque este mercado de gas es emergente. En 2010, el consumo se situaba en 106.000 millones de metros cúbicos y superó la capacidad de producción interna, de unos 90.000. Es decir, el país asiático ya no tiene capacidad para producir sus propias subsistencias energéticas. Según las previsiones nacionales, para 2020 se espera que el consumo de gas en el país asiático aumente en un 200% y se situaría en 300.000 millones de métros cúbicos.
Gracias a las comunes políticas agresivas de Occidente tanto hacia Rusia como hacia China se esta produciendo un acercamiento entre Moscú y Pekín  

"Gracias a las comunes políticas agresivas de Occidente, tanto hacia Rusia como hacia China, se está produciendo un acercamiento entre Moscú y Pekín expuesto en la superación de toda esa interminable negociación que nunca acababa sobre los precios del gas a China. Parece que todo esto se está resolviendo y la complementaridad entre los dos países es enorme", dijo a RT el periodista internacional Rafael Poch.

Si se compara el mercado chino con el europeo se nota una diferencia básica: mientras que en China la demanda de gas creció el año pasado un 26%, Europa redujo la cantidad de gas importado. De hecho, fue la más baja desde 2004. "La alternativa europea al gas ruso es un galimatías complicadísimo. Se trata de potenciar la extracción de gas mediante métodos de 'fracking', algo absolutamente dañino para el medio ambiente. (...) Yo creo que es muy difícil para Europa en estos momentos pasar sin el gas ruso", continúa Poch.

Atendiendo al nivel de ventas de la gasística rusa Gazprom, se ve que hasta ahora Europa en conjunto es su principal cliente y Asia no supone ni siquiera el 1% de su mercado. Teniendo en cuenta el potencial de crecimiento del gigante asiático, un acuerdo energético entre Rusia y China cambiará estas cifras sustancialmente.

Y es que las sanciones impuestas por Occidente a causa del conflicto ucraniano han servido para que Moscú estreche aún más si cabe las relaciones con su histórico aliado del este.