El precio estimado de las obras de construcción de la obra es de unos 5.900 millones de dólares. El proyecto prevé que un gasoducto de 1.350 kilómetros de longitud conecte la isla rusa de Sajalín y la prefectura de Ibaraki, en la isla principal de Honshu. Tendrá capacidad para transportar 20.000 millones de metros cúbicos de gas al año, lo que equivale al 17% de las importaciones de gas de Japón.
Hoy en día, Rusia es el cuarto proveedor de gas del país nipón, después de Australia, Catar y Malasia. El combustible ruso constituye solo el 9,8% de las importaciones japonesas y llega al país en forma del gas natural licuado, es decir, es transportado en barcos petroleros como líquido a presión atmosférica y a -162ºC, lo que aumenta mucho su coste para el consumidor final.