"EE.UU. no debe subestimar a la Unión Euroasiática"

EE.UU. debería abandonar su escepticismo acerca de los proyectos de integración en los que participa Rusia, insiste la revista 'The National Interest', que acentúa que tras la Guerra Fría Washington no ha podido crear ni una sola estructura eficaz.
Rusia, Bielorrusia y Kazajistán firmaron el pasado 29 de mayo el tratado de creación de la Unión Económica Euroasiática. El acuerdo prevé el libre flujo de mercancías, servicios, capitales y trabajadores dentro de la unión y una política común en los sectores clave de la economía: energía, industria, agricultura y transporte.
 
"Muchos analistas lo calificaron de 'proyecto de vanidad', advirtiendo la debilidad del mercado y de las instituciones de la nueva unión y cuestionando que tuviera mucho poder. Pero deberíamos ser menos despectivos hacia la manera que tiene Vladímir Putin de crear instituciones internacionales. Otras dos creaciones de la postguerra fría —la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y el BRICS— fueron igualmente tildadas de esfuerzo irrelevante sin sentido cuando aparecieron. Sin embargo, con el paso de los años ambas han adquirido profundidad y prominencia", comenta el analista Nikolas Gvosdev en su columna para 'The National Interest'.
 
El esfuerzo de EE.UU. después de la Guerra Fría por crear instituciones duraderas y sostenibles no ha tenido mucho éxito, explica el analista. La Comunidad de Democracias no ha logrado convertirse en un bloque influyente, mientras que la propuesta de crear una OTAN global tampoco encontró el apoyo necesario.
 
El nuevo primer ministro de la India, Narendra Modi, tendrá mucha más interacción estructurada con Vladímir Putin —tanto en el marco del BRICS como de la OCS— que con el presidente Obama. El BRICS y la OCS todavía están lejos de poder equipararse a la UE y la OTAN, pero están inculcando y reforzando la cooperación entre sus Estados miembros y con el tiempo podrían convertirse en una base para una colaboración más profunda en materias de economía y seguridad, puntualiza Gvosdev.  
 
"La OCS, el BRICS y ahora la Unión Euroasiática reflejan el nuevo aproximamiento flexible y dinámico de la política exterior de Rusia, que tiene como objetivo maximizar la influencia del país en la arena internacional. Se está realizando el esfuerzo para enganchar el carro de Rusia a la energía y el dinamismo de las potencias emergentes, como una manera de mantener la relevancia de Rusia como jugador global. Es un proceso que debemos tomar mucho más en serio", concluye el analista.