Lo ideal para Occidente sería que alguna empresa europea o euro-americana se adueñara del gasoducto en el territorio de Ucrania, sostiene el presidente del Instituto ruso de Oriente Medio, Yevgueni Satanovski. "No es una casualidad que el hijo del vicepresidente (de EE.UU. Joseph) Biden se haya convertido en una figura importante en la compañía de gas de Ucrania", puntualizó el politólogo en el marco de una entrevista a la emisora de radio rusa Vesti Fm.
Occidente masivamente, utilizando el chantaje, ataca el proyecto de gaseoducto South Stream: quiere obligar a Bulgaria y Serbia parar su construcción.
Todo esto se acompaña por una campaña mediática en la prensa occidental —algunos casos deberían terminar en los tribunales por difamación grave— y por la histeria de que Rusia está chantajeando a Europa y dividiendo a la 'pobre' Ucrania. El objetivo de esta estrategia es claro: no debe haber ningún South Stream. Occidente quiere que el gas solo se suministre a través de Ucrania para controlar su precio.
El segundo objetivo de Occidente es maximizar el tránsito de gas a Europa desde cualquier parte excepto de Rusia, opina el politólogo. "Sin embargo, el gas de esquisto que pretende vender EE.UU. a sus socios europeos es terriblemente caro. Y no llegará inmediatamente", dijo Satanovski.
"Es más, después de un camino tan largo, este gas norteamericano costará tanto que será más fácil quemar directamente los dólares que usarlo", ironiza el experto.
Otro objetivo de Occidente es atraer a proveedores de Asia Central, como Turkmenistán, minimizando las entregas de este país a Rusia para su envío a Europa, concluyó Satanovski.
Cabe mencionar que este jueves el presidente del Consejo de Administración de Gazprom, Alexéi Miller, informó que Gazprom mantiene un diálogo constructivo con la UE respecto al proyecto South Stream. Miller añadió que no ha recibido ningún aviso de las autoridades de Bulgaria sobre la paralización de la construcción del South Stream a niveles intergubernamentales o corporativos.