La revista 'Forbes' recomienda a EE.UU. invertir en ciencia y no en guerra

EE.UU. invierte actualmente en investigaciones biomédicas unos 30.000 millones de dólares anuales, una cantidad 13 veces inferior al presupuesto asignado para el programa de desarrollo del caza de combate F-35, denuncia la revista 'Forbes'.
"Hemos sido capaces de encontrar dos billones de dólares para gastarlos en guerras en países lejanos cuyos ciudadanos no nos quieren mucho. Y algunos políticos pidieron la semana pasada más inversiones multimillonarias en Irak, un dinero que no tenemos. Es conmovedora la preocupación que sienten por los ciudadanos de Irak", puntualiza el columnista de 'Forbes' Steven Salzberg.
 
Mientras tanto, la primera causa de muerte en EE.UU. son los trastornos cardiacos y la segunda es el cáncer. Luego vienen los trastornos respiratorios, los cerebrovasculares, el alzhéimer, la diabetes, las enfermedades renales y las pulmonías. Resulta que de las 10 causas más frecuentes de muerte de los estadounidenses ocho son enfermedades que podrían curarse mejorando la investigación científica, subraya Salzberg. Destaca los avances ya existentes en la materia gracias a estudios anteriores e insiste en que curar estas enfermedades no solo salvará vidas, sino que también ahorrará dinero. Según un informe presentado al Comité Conjunto Económico del Senado de EE.UU. en 2000, las investigaciones científicas financiadas por el Estado permiten ahorrar miles de millones de dólares, ya que generan altas tasas de retorno a la economía, entre un 25% y un 40% anuales en costos de sanidad.

Sin inversión en ciencia, el tratamiento nunca llega, acentúa Salzberg, y ofrece varias cifras para comparar. El presupuesto que EE.UU. invierte actualmente en investigaciones científicas básicas es de unos 7.000 millones de dólares. A las investigaciones biomédicas se destinan otros 30.000 millones de dólares anuales. Para hacerse una idea, el programa de desarrollo del caza de combate de quinta generación F-35, que podría estar listo solo dentro de unos cinco años, tiene un costo de 400.000 millones de dólares. Seguir con el programa hasta el año 2037, cuando el caza finalmente formará parte de la Fuerza Armada de EE.UU., costaría otros 12.600 millones de dólares anuales, según la cifra de Lockheed Martin, la empresa productora.
 
"Estamos gastando miles de millones en equipamiento militar que ni siquiera el Pentágono quiere", comenta Salzberg, que da como ejemplo el programa de drones RQ-4 Global Hawk. Según la Fuerza Aérea de EE.UU., abandonar el programa ahorraría 2.500 millones de dólares al Estado, pero el Congreso insistió en seguir con él. El analista invita a los líderes políticos del país a reexaminar sus prioridades y a empezar invertir en el futuro.