"Rusia es un socio, y no deberíamos perder el tiempo protegiéndonos de un vecino", considera De Margerie, agregando que Rusia "nos ha rescatado en numerosas ocasiones". En su opinión, Europa no puede permitirse ser demasiado dependiente de ningún país, no solo de Rusia.
"Si el próximo invierno es muy frío y el suministro de gas se interrumpe tendremos un problema, eso es evidente", advierte el empresario. Pero la solución, en su opinión, fue proyectada hace tiempo, cuando se produjeron las primeras crisis de suministro de gas a países europeos debido a que Ucrania no pagó el gas recibido de Rusia. Esta solución se materializa en nuevos gasoductos.
Cita como buen ejemplo de ello el gasoducto Nord Stream, tendido entre 2011 y 2012 bajo las aguas del mar Báltico entre Alemania y la parte noroccidental de Rusia. Este proyecto, recuerda, "se construyó para evitar pasar a través de Ucrania y no para evitar el gas ruso".
"¿Podemos vivir sin gas ruso en Europa? La respuesta es negativa. ¿Existe algún motivo para vivir sin él? Creo que no, y no estoy defendiendo los intereses de Total en Rusia", argumenta De Margerie.El gerente de la empresa de hidrocarburos duda que el establecimiento de un precio único del gas para todos los países de la UE, tal como propuso la Comisión Europea, sea beneficioso para todos. Sostiene que los precios actuales del gas ruso corresponden a la situación en el mercado e incluso se mantienen a un nivel algo rebajado para conservar a algunos de los clientes más importantes.
Christophe de Margerie se sumó de esta manera a los directores ejecutivos de otras grandes empresas del sector de los hidrocarburos (como BP y Royal Dutch Shell) que también se expresaron en contra de la introducción de sanciones económicas a Rusia como castigo por el apoyo de Moscú a los rusos étnicos en el sureste de Ucrania y por la reunificación con Crimea.