"Para el desarrollo de cualquier forma de asociación interestatal tiene una gran importancia su capacidad para participar en la búsqueda de soluciones a los problemas del desarrollo global de una coalición unificada, algo que a su vez depende de la calidad de los intereses comunes", opina Ardzinba. Según el analista, en el caso del G8 hace un tiempo no se podía hablar de convergencia de intereses, principalmente entre el 'Septeto financiero' y Rusia.
Según cita al economista el periódico ruso 'Izvestia', la unión de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica en la alianza BRICS representa una parte relativamente grande de reservas de influencia positiva en la economía mundial y las relaciones internacionales.
"Los países BRICS están unidos para formar una arquitectura económica y financiera internacional más equitativa (en particular con respecto a la reforma del FMI y Banco Mundial)", afirma Ardzinba.
"El quinteto está unido en cuanto a opinión. El peso de los países en desarrollo en la toma de decisiones en la base de las instituciones financieras internacionales debe coincidir con su creciente papel en la economía global", añadió.
El analista señala que a pesar de que muchos critican a la alianza por la incompatibilidad de los sistemas políticos y económicos de sus miembros, esta diversidad, junto con la diversidad histórica y cultural, puede ser una fuente de fortaleza del BRICS. "Cada uno de los países del quinteto no es solo un área de la civilización global, sino su centro", destaca Ardzinba.
Por lo tanto, esa amplia representación de diferentes civilizaciones podría convertirse en una importante fuente de legitimidad para el grupo y su capacidad de articular los intereses de una parte sustancial de la comunidad internacional.
El economista opina que hay muchas razones para creer que los BRICS tienen un gran futuro, y la comunidad internacional ya está empezando a comprender que el desarrollo global se está reorganizando.