Entre esta serie de sanciones Brenton destaca el intento de frustrar los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980 con motivo del despliegue de tropas soviéticas en Afganistán. Finalmente, sostiene, no fue la presión occidental lo que obligó a Moscú a retirar a sus militares, sino las fuerzas internas afganas.
"Las sanciones simplemente robustecen las fuerzas más hostiles a Occidente —sostiene—. Figurar en la lista de sanciones incluso se ha convertido en motivo de orgullo patriótico entre los funcionarios rusos. Cada nueva ronda refuerza a Putin, a quien los ciudadanos ven como un campeón en la lucha contra el predador occidental".
Las demandas rusas respecto a Ucrania nunca han sido demasiado onerosasEl exembajador no propone dejar a un lado los intereses que tienen en Ucrania los países de Europa ni los de EE.UU.
El diplomático aboga por una solución diplomática del conflicto ucraniano y llama a negociar con Rusia.
Si Occidente sigue intensificando su 'castigo', dice, "Rusia [...] seguirá reforzando sus relaciones con aquellas partes del mundo que se hayan mostrado más amistosas que Occidente, sobre todo con China, y se convertirá en un actor aún más obstaculizador en una gran variedad de cuestiones, desde Irán hasta el cambio climático, pasando por el control de armas, Oriente Medio e incluso el cambio climático".
Una de las respuestas posibles ante el desastre del este de Ucrania, admite Tony Brenton, es una nueva Guerra Fría, que muchos invocan ahora. Pero otra respuesta posiblemente mejor es dedicar los esfuerzos de Occidente a la reconstrucción de Ucrania, un país "magullado" por el conflicto interno, tan pronto como cese el enfrentamiento armado.