Este mes de agosto Moscú prohibió un año la importación de varias categorías de productos agrícolas de EE.UU., la Unión Europea, Australia, Canadá y Noruega. El Gobierno ruso explicó que la medida era una respuesta a las sanciones impuestas por estos países.
Si una decisión política nos pone en jaque, una decisión política también lo debería resolver
Lo que más indigna a las asociaciones de agricultores "es que no se hayan previsto estas consecuencias" y que, una vez previstas "no se hayan tomado medidas adecuadas", acentúa Blanco. "Ya se están notando caídas de precios de hasta el 50% en comparación con la temporada pasada", aseguró, e insistió en que la fruta de temporada no puede esperar a saber si el mercado interno la puede absorber. "En el caso de España, lo más urgente es un plan de choque para el melocotón y la nectarina, se está almacenando sin salida y detrás viene la manzana y la pera, no se están dando soluciones desde Europa (…). Nos sentimos desahuciados y abandonados", detalló. Insistió en que los agricultores están dispuestos "a emplear los fondos necesarios para retirar del mercado todo lo sobrante".
Según los cálculos del presidente de la COAG, las pérdidas directas ascienden a 340 millones de euros, pero las consecuencias van mucho más allá. "España produce fruta que circula a través de otros países y que esos mismos exportan a Rusia. La cifra final de perjuicios para el sector será mucho mayor. En frutas y hortalizas España es el primer país afectado por la exportación directa y diferida", asegura.
"Si una decisión política nos pone en jaque, una decisión política también lo debería resolver, o con nuevos mercados o con más presupuesto", insistió Blanco, y añadió: "Vamos a ver cómo evoluciona, pero si no hay soluciones rápido saldremos a las calles". Precisó que cientos de agricultores de Aragón y Cataluña ya han empezado a movilizarse para exigir soluciones rápidas.