Así, México ha aprobado este año una reforma que reabre el sector petrolero después de 8 décadas de monopolio estatal y que se centra en la incorporación de nuevas tecnologías para aguas profundas del golfo de México. Según estima el Gobierno del país, gracias a la reforma en México llegarán inversiones de 50.000 millones de dólares, informa la agencia AFP.
El límite principal para los inversores sería la carga fiscal. "(Si) no tuvieran un trato fiscal diferente al de Pemex, son muy altos los impuestos locales. Habrá que ver si a los inversionistas realmente les atrae". Según el experto, la empresa estatal mexicana Pemex se aseguró el control del 83% de las reservas de crudo.
En el caso de Brasil, que posee grandes yacimientos profundos a lo largo de sus costas, los inversores extranjeros tendrán que asociarse con la empresa estatal Petrobras. Como mínimo, la compañía tendrá un 30% de participación en los proyectos y el monopolio operativo de los campos petrolíferos, observa el medio.
Argentina, que busca recuperar el autoabastecimiento de gas, a su vez apuesta por los hidrocarburos no convencionales del megayacimiento Vaca Muerta en la Patagonia, una región del sur del país. La empresa estatal argentina YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) ha establecido acuerdos con petroleras internacionales (como la francesa Total, la alemana Winter Shale, la angloholandesa Shell y la estadounidense Chevron) y ya han empezado la prospección y el muestreo de volúmenes del crudo.
Como ocurre en México y Brasil, el Estado también prevalece en la industria poseyendo más del 70% de los 180 pozos en desarrollo. Según el especialista Horacio Lazarte, de la consultora Abeceb, la producción completa del yacimiento Vaca Muerta podría alcanzarse en 2020.
Otros países con posibilidades menores de extracción modificaron leyes para favorecer la captación de capitales para el sector de los hidrocarburos. Así Ecuador, el socio más pequeño de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), modificó en 2010 los contratos petroleros para obtener mayor renta.
El año pasado Ecuador asumió la explotación de su mayor reserva petrolera, ubicada en el parque ecológico del Yasuní, y busca socios para explotar un potencial de 1.600 millones de barriles. La ley no impone a las empresas extranjeras asociarse con el Estado.
En Colombia, donde los hidrocarburos representan el 5,6% del PIB, el Gobierno apuesta enérgicamente por la inversión extranjera. En julio comenzó a subastar bloques esperando recaudar unos 1.400 millones de dólares. Entre los que participaron en la venta figuran la estadounidense ExxonMobil, la noruega Statoil y la española Repsol.
Otros países latinoamericanos también se dedican a la búsqueda de fuentes de energía. Así, Cuba ha firmado contratos de riesgo compartido con compañías de Noruega, España, la India, Venezuela y Rusia para buscar crudo en el golfo de México. Uruguay hace prospección en su territorio y apuesta por la instalación de parques eólicos. Chile espera llegar en 2025 al 20% de su matriz energética constituida por energías renovables.