"Si se cumple la tregua, las medidas limitadoras hacia Moscú podrían ser modificadas, demoradas o canceladas parcial o totalmente", aseguró en su momento presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. En caso de un escenario favorable, los representantes de la Unión Europea pueden apoyar una suavización gradual de las sanciones antirrusas, escribe el portal vestifinance.ru, que analiza las causas claves que impulsarían a los políticos europeos tomar tal decisión.
Pérdidas para las pequeñas empresas
Los daños a los pequeños negocios causados por las sanciones antirrusas y el embargo introducido por Moscú en respuesta contra la producción agrícola europea ya se notan, destaca el portal. El índice PMI de 18 estados de la zona euro cayó en septiembre, a lo que le ha seguido un retroceso también en el sector industrial y en el sector servicios (el PMI o Índice de Gestores de Compras es un indicador macroeconómico que pretende reflejar la situación financiera de un país basándose en los datos recabados por una encuesta mensual de sus empresas más representativas que realizan los gestores de compras). Cabe destacar que en la industria procesadora de la economía más fuerte de la UE, Alemania, el PMI se redujo aún más de lo previsto: cayó de 51,4 puntos hasta los 50,3 puntos, en vez de los 51,2 puntos pronosticados.Alexander Stubb, primer ministro de Finlandia, un país fronterizo con Rusia, ya subrayó que le preocupan los efectos indirectos de las posibles contrasanciones adoptadas por parte de Moscú. Según los datos oficiales, un 25% de las exportaciones finlandesas de alimentos tienen como destino el mercado ruso.
A su vez, Robert Fico, primer ministro de Eslovaquia, calificó las sanciones contra Rusia como "contraproducentes" y declaró que se queda con el derecho de vetar aquellas que dañen los intereses nacionales de su país. En contra de las sanciones se pronunciaron en su momento también Hungría y Chequia.
Presión de regiones separatistas en Europa
Las pérdidas financieras causadas por las sanciones antirrusas y la respectiva respuesta de Moscú pueden agudizar el descontento popular y dar un impulso adicional a las tendencias separatistas en Europa, advierte 'vestifinance.ru'. Josep Maria Pelegrí, conseller de Agricultura de la Generalitat de Cataluña, comunidad que tiene previsto su referéndum de independencia para el próximo 9 de noviembre, anunciaba ya en agosto que la prohibición rusa a las importaciones agrícolas desde la UE ha tenido "graves consecuencias" para los productores catalanes.
Alex Salmond, el dimisionario líder de los independentistas de Escocia, afirmaba una semana antes de la histórica consulta separatista del pasado 18 de septiembre que Edimburgo apoyaba las sanciones europeas contra Moscú. Sin embargo, el líder escocés demandó ante el Consejo europeo de Agricultura y Pesca un rescate frente al embargo ruso. De acuerdo con la cifra oficial, Escocia exporta a Rusia alimentos y bebidas por un total de 45 millones de libras anuales (73 millones de dólares).
Según el presidente de la Asociación de Pescadores Pelágicos de Escocia, Alex Wiseman, el sector está "muy preocupado" respecto a la prohibición rusa. "Varios miles de empleos en las plantas de procesamiento de pescado pueden verse afectados (...). Rusia es el mayor importador de nuestro pescado. Estamos hablando de unos 17 millones de libras (27,6 millones de dólares)", detalló.
Los agricultores de la provincia italiana de Venecia, famosa por su aspiración separatista, también denuncian las pérdidas sufridas por no poder vender parte de su producción al mercado ruso. Según Bill Hubard, economista jefe de la compañía FXLT Financial Services, tres estados federativos de Alemania también pagarían caro por las sanciones antirrusas: el coste sería "una economía más lenta y un desempleo más alto en Brandeburgo, Sajonia y Baviera", comentó. Los nacionalistas bávaros habían buscado la ayuda de los Aliados al final de la II Guerra Mundial para crear un estado soberano y un movimiento separatista que sigue teniendo fuerza siete décadas después.