Uno de los logros claves, desde su punto de vista, es que Washington consiguió presionar a los Estados miembros de la Unión Europea para que sancionaran a Rusia. "Es verdad que no querían hacerlo. Pero EE.UU. asumió el liderazgo y el presidente de EE.UU. insistió en ello. A veces incluso tuvo que poner a Europa en una situación incómoda para que actuara e hiciera "pagar [a Rusia]", a pesar de los riesgos de sufrir daños económicos que eso suponía para la UE, confesó el vicepresidente respondiendo a las preguntas de los estudiantes.
En cuanto a los demás desafíos para Washington en la agenda internacional, Biden admitió que las revueltas en Oriente Próximo y África del Norte apoyadas por la Administración de Obama y el auge de extremistas violentos tendrán un efecto duradero y tardarán "una generación o más" en apaciguarse. Sin embargo, calmó a la opinión pública: yihadistas como el Estado Islámico son un serio desafío, pero no representan "una amenaza para la existencia de nuestro estilo de vida o para nuestra seguridad". "No nos derrumbamos después del 11-S. No flaqueamos después de la maratón de Boston", argumentó.
Listening to @JoeBiden comment on foreign policy at the @HarvardIOP #VPForum pic.twitter.com/5fVcnCCQ3w
— Caity Begg (@caitybegg) October 2, 2014