"Recibimos las informaciones sobre los intentos de los representantes de la Unión Europea de presionar a los líderes de América Latina y los países asiáticos, recomendándoles que no aumenten los suministros de sus productos a Rusia. Pero no creo que sea el enfoque en el que debe basarse la posición de los países miembros de la OMC, que promueve el principio de libre comercio", dijo Lavrov.
El ministro ruso afirmó que un intento de separar las economías de la UE y Rusia no ayudará a su desarrollo y agregó que Moscú está listo para discutir la creación de la zona de libre comercio con el bloque europeo.
"No hay otra alternativa razonable a la restauración de las relaciones entre Rusia y la UE", dijo Lavrov.
Las sanciones impuestas contra Rusia podrían costar a los contribuyentes europeos 40.000 millones de euros en 2014 y 50.000 millones de euros en 2015, añadió el ministro de Relaciones Exteriores ruso durante una reunión con los jefes de compañías pertenecientes a la Asociación de Empresas Europeas, que representa los intereses de más de 600 empresas europeas en Rusia.
Asimismo, el canciller destacó que las relaciones entre Rusia y la Unión Europea han llegado a la "hora de la verdad, cuando hay que decidir sobre el vector del desarrollo de la cooperación para el futuro y dar una respuesta a la cuestión de si somos socios estratégicos o rivales geopolíticos".