En gran medida EE.UU. tiene la culpa de que China haya creado un Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (Asian Infrastructure Investment Bank, AIIB), que
puede competir con el Banco Mundial. Ahora Washington solo puede observar el poder de China e intentar minimizar los gastos, escribe 'The Foreign Policy'.
Últimamente el papel de China en las decisiones del Fondo Monetario Internacional se redujo pese a su contribución y influencia sobre la economía internacional. Sin embargo, las autoridades estadounidenses no quisieron reformar la estructura teniendo en cuenta el peso y significado de la economía de China.
Por otra parte, no se puede negar que China habría fundado el banco de cualquier modo, en su intento de desplazar EE.UU. A ello se une el hecho de que la Republica Popular China desarrollalos proyectos de colaboración económica regional integral y de la zona de libre comercio en la región asiática, recuerda la publicación.
Y aunque Washington ha declarado que aprueba el crecimiento rápido de China, nunca ha tratado de atraer a Pekín a las decisiones de las cuestiones mundiales graves, temiendo que China no acepte la posición de EE.UU.
Con la fundación del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura, que se impone como metas desarrollo de infraestructuras de telecomunicaciones, energía y trasporte en la región asiática, Estados Unidos tendrá que ir desacostumbrándose a su largo dominio en el mundo.