Según una investigación reciente de las donaciones concedidas por la fundación, llevada a cabo por la ONG con sede en Barcelona Grain y revelada por el diario 'The Guardian', casi un 80% del dinero se ha gastado en EE.UU., el Reino Unido y otros países rico. Y solo alrededor del 10% fue destinado a África.
Casi la mitad del dinero otorgado en la última década cayó en manos de redes mundiales de investigación agrícola, así como de otras organizaciones, incluidas las agencias del Banco Mundial y de la ONU y grupos que trabajan en África para promover la agricultura de alta tecnología.
Otros 1.500 millones de dólares fueron destinados a cientos de organizaciones de investigación y desarrollo en todo el mundo.
"Aquí, más del 80% de las donaciones fue destinada a organizaciones de EE.UU. y Europa, y sólo el 10% a colectivos en África. El principal país receptor es EE.UU., seguido por el Reino Unido, Alemania y los Países Bajos", asegura el informe.
De los 678 millones de dólares previstos para universidades y centros de investigación nacionales, el 79% del dinero llegó a EE.UU. y Europa y sólo el 12% a África.
"Cuando examinamos la base de datos de las donaciones de la fundación, nos quedamos sorprendidos de que parece que quisieran luchar contra el hambre en el sur dando dinero a organizaciones en el norte. La mayor parte de sus donaciones a la agricultura se dan a las organizaciones radicadas en EE.UU. y Europa", enfatizó el ingeniero agrónomo Henk Hobbelink, cofundador de Grain.