Los Gobiernos de Rusia, Irán o Venezuela no se encuentran al borde de un abismo y el precio del petróleo no logrará cambiar de ninguna manera sus posiciones con respecto a las cuestiones geopolíticas que interesan a EE.UU., escribe Ian Bremmer, fundador y director de la consultora Eurasia Group, en su columna para Reuters.
Así, un petróleo más barato no podrá obligar a Irán a rendirse en las negociaciones sobre su programa nuclear, cree el politólogo. "En primer lugar, entre las partes sigue existiendo un gran vacío, y en segundo lugar, Teherán no está en una situación desesperada que lo obligue a echarse atrás, especialmente después de recibir el apoyo de Moscú", señala el experto.
"Por último, la economía iraní, después de la llegada al poder el año pasado del nuevo presidente [Hasán Rohaní], más o menos se ha estabilizado; por eso, esperar que Irán se desvíe de su camino debido a [la caída del precio] del petróleo, sería demasiado unilateral", opina Bremmer.
Además, el experto afirma que "en un futuro previsible Rusia será capaz de soportar el impacto de las sanciones occidentales y los bajos precios de los hidrocarburos". La economía rusa tiene una conveniente reserva de oro y divisas, un presupuesto equilibrado y no experimenta problemas serios de déficit presupuestario.
Asimismo, el presidente ruso, Vladímir Putin, gracias a su postura justa e inquebrantable en política exterior "ha ganado un amplio apoyo entre el pueblo ruso, y nadie puede hacer nada al respecto", resume el analista.