La Unión Europea (UE) celebró su primera reunión con Islandia un año después de que el país nórdico expresara su deseo de ingresar en la organización. Se prevé que las condiciones de la futura adhesión se determinen en un plazo de año y medio.
El camino del país de poco más de 300.000 habitantes hacia su afiliación al bloque europeo será más corto que el de otros países candidatos: Islandia forma parte del Espacio Económico Europeo (EEE) desde 1994 y del área Schengen de libre circulación de personas desde 2001, por lo que ya tiene incorporada a su legislación gran parte de las normas comunitarias.
“Pero eso no quiere decir que esas negociaciones serán un camino fácil”, destacó el comisario europeo para la Ampliación, Stefan Fule, al recordar que quedan abiertas 35 áreas de negociación, entre las que destaca la pesca.
Con el ingreso de Islandia en la UE, el bloque confía en ampliar su acceso a las futuras rutas marítimas que se abrirán en la región ártica y aprovechar la experiencia islandesa en el campo de energías renovables, en especial la geotérmica. Por su parte, el país nórdico busca la protección financiera que le podría ofrecer la organización europea.
Su candidatura para ingresar en la UE se presentó el 16 de julio de 2009, cuando el país se enfrentaba a la mayor crisis de su historia, que estuvo cerca de llevarle a la quiebra económica.
El proceso de negociación, que durará de noviembre de este año hasta mediados de 2011, permitirá a Islandia familiarizarse con el acervo y a la Comisión Europea evaluar el nivel de preparación de Islandia para el ingreso en la UE.
Islandia es el tercer país con el que la UE está negociando actualmente el ingreso, además de Croacia y Turquía, países que iniciaron las negociaciones en 2005.
El país, oficialmente llamado República de Islandia, está localizado en el extremo noroeste de Europa. En 2008, su PIB nominal per cápita fue el séptimo más alto del mundo (55.462 dólares) y el decimocuarto más alto en términos de paridad de poder adquisitivo (36.769 dólares).
Excepto por sus abundantes fuentes de energía hidroeléctrica y geotérmica, Islandia carece de recursos naturales; históricamente su economía depende en gran medida de la industria pesquera, que todavía aporta el 40% de los ingresos de exportación y emplea el 7% de la mano de obra.