El 27 de noviembre está previsto un acontecimiento importante para el sector energético: ese día se reunirán los miembros de la OPEP y muchos participantes del mercado lo esperan con impaciencia y esperanza. En la reunión, que tendrá lugar en Viena, se abordará la cuestión del nivel límite de producción de petróleo.
En vísperas de la reunión de la OPEP cada vez más expertos y concurrentes en el mercado coinciden en que la organización no se atreverá a reducir la producción de petróleo y los envíos a los mercados extranjeros. En el cartel, que está formado por 12 miembros, no hay consenso, según un artículo publicado en el diario ruso 'Vzgliad'.
Como subraya la publicación, esto significa que la tendencia de caída de los precios del petróleo continuará. Y la mejor opción que se espera es el amortiguamiento de los precios en los 80-90 dólares por barril durante un tiempo prolongado, opinan expertos.
Entretanto ahora cada vez más voces creen que Arabia Saudita 'juega' en contra de EE.UU. "Al principio todo el mundo pensaba que se trataba de una conspiración ente los estadounidenses y los saudíes para frenar los planes de los demás y crear problemas en la economía. Pero la estrategia de Riad se ha convertido en un problema para EE.UU. también. La tarea de los saudíes es simple: mantener su cuota en el mercado, incluido en el mercado de EE.UU.", opina Alexánder Pásechnik, especialista del Fondo Nacional ruso de Seguridad Energética.
Según el artículo, los saudíes no quieren perder la cuota de mercado que lograron después de la imposición de sanciones por parte de EE.UU. a Irán. Ahora Teherán regresa y, junto a Irak, planea para el año 2020 aumentar la producción de petróleo hasta los 12 millones de barriles en 24 horas. Como consecuencia Arabia Saudita ha iniciado una guerra de precios que afecta también a Irán. En esta situación nadie quiere ceder.
Además, anteriormente Arabia Saudita había comenzado a perder su gran mercado tradicional, EE.UU., a causa del rápido crecimiento de la producción de petróleo de esquisto en EE.UU.
En 2010 Japón y EE.UU. fueron los mayores compradores de petróleo saudí (alrededor de 55 millones de toneladas de petróleo). Le siguieron China (con 45 millones de toneladas) y Corea del Sur (40 millones de toneladas).
Arabia Saudita tiene una estrategia a largo plazo para la retirada del mercado mundial del petróleo producido a partir de fuentes no convencionales, cree el operador de petróleo de la Bolsa de Londres Andrew Dyson. "Esto se aplica principalmente a los campos petrolíferos de Canadá y el petróleo de esquisto en EE.UU. La rentabilidad de este tipo de depósitos tiende a cero a un precio de 80 dólares por barril", señala.
Dyson advierte que dentro de un año Riad alcanzará su meta y arruinará a muchos fabricantes de este costoso petróleo. "Pero para ello el precio por debajo de 80 dólares por el barril debe persistir durante los próximos 12 o incluso 18 meses", asegura.
Las firmas petroleras estadounidenses ya han comenzado a anunciar el cierre de pozos, lo que se seguirá produciendo de seguir esta política de la OPEP, subraya Pásechnik.