Según el experto, el proyecto South Stream ha sido víctima de las sanciones y la complicación de las relaciones entre Rusia y la Unión Europea. "Sin embargo, en el futuro los europeos necesitarán tener acceso al gas ruso, y hay varias maneras de entregarlo allí", aseveró Max Fraad Wolff en una entrevista a RT.
"Creo que todas las partes esperan que los desacuerdos de hoy con Rusia no vayan a durar para siempre. La demanda de gas y las vastas reservas de gas de Rusia son una realidad para Europa Occidental, al menos para los próximos 20 o 30 años", agregó.
South Stream debía transportar a Europa 63.000 millones de metros cúbicos de gas. Ahora el proyecto será reorientado a Turquía, que podría convertirse en un nuevo nudo comercial en el suministro de gas ruso a Europa.