1. Los Estados frágiles se situarán al borde del colapso.
Irak, Siria y Libia son países que se encuentran en una situación difícil y cuyas economías en mayor o en menor medida dependen de los precios del petróleo. Cuanto más bajen los precios, menores serán sus beneficios presupuestarios de esos Estados. En Nigeria, por poner otro ejemplo, la disminución de los precios puede resultar en una escalada de la violencia, especialmente en la región del delta del Níger.
2. El sistema político no está preparado para un petróleo barato.
Los países mencionados en el punto anterior no son los únicos que no están preparados para sobrevivir a los bajos precios del petróleo, sino que países como Venezuela también sufrirían las consecuencias de la depreciación del crudo. Para mantener un presupuesto equilibrado Venezuela debe poder vender el crudo a 160 dólares por barril. El país será capaz de evitar enfrentamientos sociales si los precios caen lentamente.
3. Los Estados débiles no recibirán apoyo de los Estados fuertes.
Varios países tienen aliados fuertes y estables que los ayudan económicamente o que subvencionan las importaciones de petróleo. Siria está apoyada por Irán; Jordania y el Líbano reciben ayuda de Arabia Saudita. Cuba, Belice y varios otros países están acostumbrados a depender de los subsidios de Venezuela. Si el bajo precio de las cotizaciones se mantiene durante un tiempo prolongado los beneficiarios podrían perder las ventajas económicas que suponen estos apoyos.
4. En los países que dependen del petróleo la población aumenta.
La edad media de un ciudadano de Siria es de 21 años. En Nigeria, la población aumenta en un 3% anual. Cuanto más numerosa y joven es la población de un país más posibilidades existen de que esta protagonice protestas. En teoría, el aumento de la capa activa de la sociedad puede traducirse en un aumento del PIB, pero la inestabilidad política, agravada por la reducción del precio del petróleo, convierte a la población activa en combatientes.
5. No se puede reconstruir la economía en un contexto de petróleo barato.
En la actualidad es difícil predecir cómo evolucionará el precio del petróleo a largo plazo. En los próximos años el mercado mostrará volatilidad, una circunstancia poco propicia para llevar a cabo reformas económicas.