La peor sequía en 50 años está devastando no sólo a Rusia, sino que también afecta a los países de la Unión Europea y a China, generando temores de una escasez mundial de alimentos. La inclemencia del tiempo hará caer la producción impulsando los precios a nivel mundial, creando presiones inflacionarias y afectando a los más pobres.
La sequía en Rusia y Francia y la inundación en China amenazan al suministro global de alimentos y disparan los precios.
En Rusia las temperaturas, en intensidad y duración, son las más altas desde que existen registros hace 130 años. Estas indudablemente repercutirán en la oferta de trigo este año, aunque el gobierno de Moscú sostiene que no habrá restricciones a las exportaciones y ya hay barcos cargados con más de 200 mil toneladas de alimentos con destino a Asia retenidos en los puertos del mar Negro.
La magnitud de la crisis —Rusia es el cuarto mayor exportador de trigo del mundo— ha disparado los precios de esta materia prima en el mercado internacional de Chicago. La crisis no es sólo rusa, es global, y amenaza con generar otra crisis de precios de alimentos como la de 2008.
Algunos expertos ya hacen pronósticos apocalípticos, con escasez de productos y una gran inflación que podría llevar a una feroz crisis económica. El Gobierno ruso, por su parte, promete establecer un control de precios para los alimentos básicos y asegura que no habrá déficit de productos agrícolas.
Los precios del trigo, que el lunes pasado se incrementaron brevemente por encima de los 7 dólares por bushel, se encuentran ahora en su nivel más alto desde septiembre de 2008, cuando la baja oferta del grano creó una crisis alimentaria global que causó disturbios sociales en varios países. Los daños se extenderían además a la remolacha, papas, maíz y soya.
Al mismo tiempo, EE. UU. y otros grandes exportadores, en especial Argentina y Australia, serían los grandes ganadores, indica George Lee, del fondo agrícola en Eclectica Asset Management en Londres citado por el diario estadounidense The Wall Street Journal.
Pero el fantasma de la escasez sigue latente en muchos países que no pueden depender de su propia producción. Egipto, el mayor importador mundial de trigo, compró esta semana 180 mil toneladas de teste producto, su segunda compra en las últimas dos semanas y un volumen superior al planeado inicialmente.
Los precios alcanzaron su máximo en 2008, cuando se produjo una crisis alimentaria por el auge de energías limpias (y el reemplazo del terreno agrícola para el cultivo de biocombustibles) y por el creciente consumo en China y la India.
Por su parte, China, el mayor productor mundial de arroz, algodón y cerdo, ha mostrado su preocupación a las empresas del sector, a quienes también ha advertido para que no acumulen demasiado trigo. En el gigante asiático la situación se agrava por la peor inundación en más de una década, la que ha destruido más de 400 mil hectáreas de terrenos agrícolas, según el Ministerio de Asuntos Civiles.
"El desastroso clima reducirá la producción de arroz en 5% a 7% y el algodón en 5% a 10% en nuestra evaluación inicial", dijo a la agencia Bloomberg el director de Shanghai JC Intelligence, Li Qiang.
Francia, el mayor productor de trigo de la Unión Europea, ha sido golpeada por una intensa ola de calor, que causará que la producción caiga 5,2% este año, informó la Oficina de Demanda Agrícola.
Debido al impacto de los fenómenos climáticos, el precio del arroz ha subido 15% en el mercado de Chicago desde el 30 de junio, el algodón ha avanzado 26% en el último año y los precios del trigo tuvieron su mayor alza desde 1973 en julio al subir 38%.
La inflación también ha crecido en los países donde la demanda interna está impulsando la recuperación, como Indonesia, Malasia, Tailandia, Brasil, Perú y Chile.
Todos estos países quieren evitar que se repita la situación de 2008, cuando los crecientes costos de los alimentos causaron disturbios en Egipto, Haití y Paquistán.
Los cataclísmos naturales se desencadenan no sólo en los países mencionados sino en Canadá que experimenta fuertes lluvias, mientras que en Austria hay plagas de langostas.
Es probable que el drama del mercado del trigo reviva el debate sobre el papel de los inversionistas en los mercados dematerias primas, señala The Wall Street Journal.
Algunos confían en que habrá trigo suficiente para suplir la demanda, incluso con los problemas en la producción rusa. El Departamento de Agricultura de EE. UU. aumentó hace poco su proyección para la cosecha de trigo de dicho país.
La principal agencia de delineamiento de políticas de China advirtió la semana pasada que el gobierno no vendería granos a empresas que los acaparen e hizo un llamado para que se ciñan a los precios mínimos de compra.