Los principales bancos del mundo han lanzado campañas internacionales en Asia, Europa y Estados Unidos para impulsar el uso del yuan en lugar del dólar para los acuerdos comerciales con China, señaló el periódico británico The Financial Times.
Los bancos más grandes del mundo, tales como HSBC y Standard Chartered ofrecen descuentos y otras exenciones financieras a las compañías que usen el yuan para comerciar con China. Entre los bancos que han iniciado campañas internacionales también figuran Citigroup y JPMorgan.
La entidad bancaria española Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) también planea lanzar maniobras de esta índole, concentrándose en las empresas de América Latina que exportan a China.
Afirman los expertos que el fenómeno favorece la pretensión de Pekín de que el yuan se convierta en una divisa de cambio global como el dólar o el euro.
Los bancos empezaron a usar el yuan en operaciones comerciales en 2009, cuando Pekín introdujo un plan piloto que permitía a las compañías usar la moneda fuera de China.
El Banco Central Chino ha realizado campañas por Corea, Japón, Londres, Frankfurt y París. "Un número creciente de compañías chinas ya han sido requeridas por socios comerciales internacionales para aceptar yuanes como pago", señaló Carmen Ling, portavoz de Citi en Hong Kong.
Recientemente China tomó una serie de medidas para que el yuan sea más utilizado en los intercambios internacionales, incluso si aún no es convertible, para reducir su exposición frente al dólar norteamericano.
Desde la crisis financiera del 2008, el mayor poseedor de reservas cambiarias del mundo ha diversificado sus inversiones e impulsado a las empresas a pagar sus compras, en un intento de limitar el flujo de dólares que entra al país.
El gigante de las comidas rápidas McDonald's fue la primera empresa no financiera en aprovechar la emisión de obligaciones en yuanes por un monto de 30.000 millones de dólares.
Además la semana pasada el gigante asiático expresó su deseo de abrir el mercado de obligaciones interbancarias chinas a más inversores extranjeros, una decisión que alentará a las empresas del exterior a aceptar yuanes cuando hacen negocios en China.