Una ola de huelgas trastorna Europa. Los manifestantes expresan su descontento por las medidas gubernamentales que los afectan.
El transporte público fue paralizado en Francia y en Londres afectando a miles de turistas y ciudadanos que buscaban llegar a sus empleos. El descontento fue causado por las medidas de austeridad decretadas por el gobierno.
La huelga general francesa contra la reforma a las pensiones, a la que también se han sumado los controladores de vuelos, está teniendo graves repercusiones para los viajeros en Europa.
Los manifestantes salieron a la calle para rechazar de nuevo la reforma del sistema de jubilación impulsada por el presidente Nicolás Sarkozy, que prevé aumentar de 60 a 62 años la edad mínima legal para dejar de trabajar.
La jornada de protestas incluye una huelga en las escuelas, el transporte público, el aéreo, los hospitales, el servicio de correos y el servicio audiovisual público, pero también en el sector privado, paralizando bancos y empresas como la petrolera Total.
Del otro lado del Canal de la Mancha millones de personas tuvieron dificultades para llegar a su trabajo debido a la huelga de los trabajadores del metro de Londres que inició en protesta por el despido de 800 empleados y ante la falta de mejoras laborales.
Grecia también se verá afectada por una nueva serie de manifestaciones: el transporte público y los ferrocarriles en Atenas pararán este miércoles durante cinco horas en protesta por las privatizaciones y uniones planeadas en este sector.
Las huelgas ocurren mientras los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea debaten hoy en Bruselas la aplicación de un gravamen a los bancos para sufragar futuras crisis del sector y más impuestos a las transacciones financieras internacionales.