La manipulación de divisas será uno de los temas principales de la cumbre G-20 que abre sus puertas hoy en Seúl. Los líderes de los países participantes buscarán un compromiso en este tema polémico, sin embargo, algunos miembros de la cumbre ya han confesado que no esperan mucho progreso en esta cuestión.
Las preocupaciones sobra la guerra de divisas alcanzó su apogeo en vísperas de la cumbre en Seúl, cuando una parte considerable de los negociadores se vio plagada de acusaciones cruzadas. Sin embargo, las críticas más duras fueron dirigidas a EE. UU. por su política de debilitación del dólar que amenaza al equilibrio de la economía mundial.
Kim Yoon Kyung: "Cada país tiene su posición y de momento no quieren ceder"
La tarea de los negociantes en una reunión que se celebró el miércoles pasado, y duró casi 14 horas en vísperas de la cumbre, fue la preparación de una variante preliminar del comunicado sobre los resultados del G-20 que debe ser publicado el próximo viernes, 12 de noviembre.
“Tuvimos que abrir la puerta porque el debate era muy animado y en la sala estaba empezando a hacer calor. De momento hemos sido incapaces de llegar a un acuerdo sobre los tipos de cambio y sobre los desequilibrios por cuenta corriente. Cada país tiene su posición, y de momento no quieren ceder”, resumió el portavoz del G-20, Kim Yoon Kyung.
Acusaciones cruzadas
El conflicto más agudo se produjo entre EE. UU. y China: según los funcionarios norteamericanos, el poder chino frena voluntariamente la cotización del yuan para hacer sus exportaciones más atractivas. Mientras tanto, China junto con otros países criticó bruscamente a su oponente por inundar de dólares a la economía mundial.
Los países emergentes, y en primer lugar los miembros del BRIC (Brasil, Rusia, la India y China), acusan a los países del primer mundo de sus bajos tipos de interés, que hace que los flujos de capital se refugien en naciones. “Lo último que podría querer una economía desarrollada es que la liquidez distorsionara sus mercados de activos y creara una burbuja desestabilizante”, afirmó Stepehn Roach, presidente no ejecutivo de Morgan Stanley en Asia. Así, Brasil, la India y China ya han introducido ciertas medidas que dificultan las operaciones de divisas para evitar así burbujas especulativas y el disparo de la cotización de sus monedas.
El anuncio de la Reserva Federal estadounidense (FED) de una expansión monetaria de 600 mil millones de dólares provocó críticas duras no solo de los países emergentes, sino también de parte de Europa. La cancillera alemana Angela Mérkel subrayó que esta acción puede llevar a nuevos riesgos. Jean Claude Trichet, presidente de los ministros de finanzas de la Eurozona, indicó que EE. UU. estaba generando inflación al recurrir a la "impresora de billetes" para reactivar a su economía. El portavoz del presidente ruso, Arkadi Dvorkóvich, a su vez declaró que “Rusia va a insistir en que tales acciones no se realicen sin consultar al G-20”.
Poco optimismo respecto a posible resolución del problema
La solución a este problema no parece estar próxima a pesar de los debates acalorados y al aparente deseo de los miembros del G-20 de llegar a un acuerdo. Así lo reconoció la ministra de Economía de Francia, Christine Lagarde: “La guerra de divisas no se regulará en la cumbre del G-20 en Seúl. Es una cuestión muy complicada para que se resuelva en una cumbre”.