El primer oleoducto entre Rusia y China, que aumentará considerablemente el volumen de suministro del oro negro al país asiático, ha empezado a funcionar.
Se prevé que unos 300.000 barriles diarios se suministren a través de la tubería. La compañía controlada por el Estado Rosneft, la mayor empresa petrolera en Rusia, venderá petróleo al líder del segmento en China, PetroChina.
Anteriormente, Rusia abastecía petróleo a China por ferrocarril. Hasta ahora, el volumen del suministro por ferrocarril llegaba a 9 millones de toneladas al año. El oleoducto supone el aumento de los volúmenes en 1,5 veces.
El costo de la tubería, que conecta la ciudad siberiana de Skovorodinó con Daqing -el centro de la industria petrolera de China-, ascendió a 25.000 millones de dólares y la construcción fue financiada parcialmente por China.
En 2010 China superó a EE. UU. en importaciones de portadores de energía. En 2009 Rusia adelantó a Arabia Saudita en la producción de petróleo crudo.
En sus primeras 24 horas de funcionamiento el oleoducto ha trasladado cerca de 42.000 toneladas de crudo. Según la agencia Xinhua, la tubería es una bifurcación de un oleoducto más largo que une los yacimientos de petróleo del este de Siberia, en Taishet, con el Océano Pacífico.
A finales de enero y por conducción Rusia planea suministrar a China 1,3 millones de toneladas de combustible, el suministro anual ascenderá a 15 millones de toneladas de petróleo y continuará hasta 2030.
Para ambos países, el proyecto tiene una gran importancia estratégica. Este paso especifica la cooperación energética entre el mayor productor de petróleo y el consumidor de energía más grande del mundo.
La nueva tubería reduce la dependencia de Rusia del mercado europeo y abre nuevas posibilidades para penetrar en los mercados asiáticos impetuosamente crecientes.
Se prevé que en un futuro próximo se concrete el acuerdo sobre el gas entre Rusia y China. En septiembre pasado las partes acordaron desarrollar un proyecto de suministros del gas ruso. El convenio se firmará a mediados de año. Es evidente que a Gazprom sólo le queda cerrar el trato sobre el precio con la parte china.