China se adelantó a Japón en 2010 en términos del volumen del PIB, al transformarse en la segunda economía mundial. Un hito importante en la redistribución de los papeles mundiales.
El hecho largamente esperado se hizo oficial en la mañana de este lunes, cuando se informó que la economía se redujo un 1,1% interanual durante los últimos tres meses del año pasado, período en el que China creció un 9,8%, frente al mismo periodo del año anterior.
El PIB de Japón se situó en 5,47 billones de dólares, un 7% menos que los 5,88 billones que China anunció el 20 de enero.
Ambas economías son considerablemente menores que la estadounidense. Japón y China juntos aún están por debajo del PIB de EE. UU., que en 2010 alcanzó los 14,6 billones de dólares.
De todas formas, el segundo lugar marca el inicio de una nueva era. Durante casi dos generaciones, desde que superó a Alemania Occidental en 1967, Japón fue la segunda economía del mundo. La nueva clasificación simboliza el ascenso de China y el declive de Japón como motores de la economía mundial.
Para Beijing, la redistribución significa una nueva influencia global. China ha anunciado su voluntad de utilizar sus reservas de 2,85 billones de dólares en moneda extranjera para estabilizar a países en problemas -como Grecia-, mediante la compra de sus bonos.
Por otro lado, el gobierno sospecha que los países ricos quieren utilizar su ascenso para endosarle mayores responsabilidades en temas como la reducción de las emisiones de carbono.
En el ámbito interno, el ascenso al segundo puesto complica la narrativa del Partido Comunista, que se basa en la victimización a manos de las potencias extranjeras, entre ellas Japón en los años 30.
Los líderes son conscientes de que la imagen de China como potencia económica trae el riesgo de llamar la atención sobre las carencias de un país simultáneamente poderoso y pobre. Cuando la Oficina Nacional de Estadísticas informó el PIB chino de 2010, su director Ma Jiantang calificó el resultado como "producto de la ardua lucha y el continuo progreso del pueblo chino bajo el liderazgo del Partido Comunista", pero agregó que China sigue siendo uno de los países más pobres del mundo en cuanto a ingreso per cápita.
Cuando Japón era el ascendente número dos en los 80 y 90, encaraba las mismas presiones que China teme. "Algunos de nosotros vemos la época de las críticas a Japón con nostalgia", reconoce Takatoshi Ito, profesor de Economía de la Universidad de Tokio citado por The Wall Street Journal. "Estábamos frustrados, pero ser ignorado es peor que ser criticado", dijo.