El pánico invade a los mercados mundiales: en tiempos del desastre espantoso en Japón los precios del petróleo, del oro y de las acciones van cayendo dando pie a la incertidumbre y nublando las perspectivas sobre el futuro de la economía mundial.
La tendencia a la baja prevalece en los mercados
En los mercados domina el pánico, todo baja: el petróleo, las acciones, el oro, el análisis técnico parece terrible. Los inversores se niegan incluso a invertir en un tradicional activo de seguridad: el oro. Ayer la onza del metal para entrega en abril en Nueva York bajó un 1,8% hasta 1.393,15 dólares, al optar los inversores por desprenderse del metal ante la perspectiva de que siga depreciándose como consecuencia del terremoto y la posterior crisis nuclear en Japón.
Además, los inversionistas esperan la aparición de un exceso de oferta por parte de Japón.
La tendencia a la baja del metal precioso responde al gran volumen de ventas ante la posibilidad de que siga la propensión de otros metales que se están devaluando, como la plata o el platino.
En general, las materias primas, como los metales o el petróleo, se ven afectadas por los efectos sobre la economía nipona del seísmo y la subsiguiente alarma nuclear.
Los precios del petróleo de la marca Brent se derrumbaron un 3,2% y alcanzar los 109,8 dólares por barril. Los temores de que el terremoto en Japón ralentice la recuperación de su economía y reduzca la demanda del combustible eclipsaron en los ojos de los especuladores las interrupciones del suministro de hidrocarburos de Oriente Medio, dijo un analista de Tradition Energy, Gene McGillian.
Al mismo tiempo, hoy el barril de crudo Brent para entrega en abril abrió al alza y cotizaba a 109,43 dólares a las 07.19 GMT, lo que supone 0,91 dólares más que al cierre de la jornada anterior.
La incertidumbre es cada vez mayor y los inversores han tomado una actitud expectante al reconocer que, aparte de la Reserva Federal de EE. UU. y el Banco de China, existen otras fuerzas en el mundo.
Los precios del maíz, el trigo y la soya se derrumbaron en Chicago
La repercusión de los acontecimientos en Japón también se siente en los mercados de productos alimenticios. Los precios del maíz para entrega en mayo en la Bolsa de Chicago registraron el límite de baja permitido para una jornada al caer un 2,7% hasta 6,6425 dólares por bushel.
Los futuros de trigo para entrega en mayo bajaron un 2,9% hasta 7.1875 dólares por bushel.
La soya para entrega en mayo cayó un 1,5% a 13,345 dólares por bushel.
En general, los precios del maíz bajaron un 8,8%, del trigo un 14% y de la soya un 5,6%.
Se abaratan casi todas las principales monedas mundiales
Se abaratan casi todas las principales monedas mundiales. Ayer el euro cayó en un 0,1% contra el dólar estadounidense hasta 1,4 dólares, el franco suizo en un 0,75% hasta 0,9168 dólares y el yen en 1% hasta 80,97 yenes por un dólar.
Al mismo tiempo, los mercados de Rusia siguen siendo bastante fuertes al mantener volúmenes de ventas estables.
Cambio del foco de atención
Los expertos señalan que las buenas noticias sobre el estado de los reactores dañados podrían poner fin a la histeria y los inversores podrían centrar su atención en ideas positivas. Incluso en las malas noticias se pueden encontrar interesantes enfoques de inversión: la demanda de noticias e información agrega el atractivo a las acciones de las empresas de medios de comunicación, la restauración de infraestructura a las del sector de construcción y la dependencia de los recursos de transporte a las de puertos y navieras.
Los pronósticos de analistas
Los efectos de los desastres naturales suelen limitarse por unos pocos trimestres. Se destruye una parte de las capacidades de producción, de la riqueza nacional que asesta un golpe al PIB que repercute en los mercados. Pero después comienza el proceso de recuperación y el PIB comienza a subir.
“Creemos que la catástrofe postergará la reactivación de la economía japonesa durante varios trimestres, pero no más. Hasta finales del segundo trimestre el aumento será moderado e incluso se observará una caída. Pero luego la economía empezará a crecer aunque no demasiado rápido. El déficit fiscal, por supuesto, aumentará: el Banco de Japón llevará a cabo una política monetaria más liberal. Sin embargo, los ahorros de la población de Japón y el sector privado, creo yo, serían más que suficientes para financiar todas las inversiones necesarias, e incluso quedará capital para la exportación en el extranjero”, indicó el especialista en la economía global de Nomura, Paul Sheard.