La dimisión del primer ministro de Portugal, José Sócrates, idea nuevas tareas ante los líderes de la Unión Europea (UE) que se reúnen en una cumbre de dos días en Bruselas en un intento de sellar la salida de la crisis financiera de la zona euro.
En vísperas de la reunión el primer ministro de Portugal, José Sócrates, presentó su dimisión tras el rechazo de su plan de austeridad en el Parlamento portugués que aumenta las posibilidades de ratificar ayuda de emergencia a los Estados que experimentan las dificultades financieras inclusive al país por parte de los miembros de la UE.
Según los expertos, la suma de ayuda pecuniaria a Portugal puede ascender a unos 80.000 millones de euros. Como en el caso de Irlanda, Portugal se ha resistido a la intervención económica exterior, pero la presión del mercado, hace el rescate casi inevitable.
Además, los problemas de Portugal podrían precipitar la necesidad de echar un cable a España, otro país en apuros financieros.
Entre otras cuestiones importantes también figura la situación en Libia, ayuda humanitaria y económica para los países de la región, la negativa de Finlandia a incrementar la dotación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).
Mientras tanto la cumbre se inicia con interrupciones en el transporte público y los atascos en Bruselas que se ve envuelta en protestas masivas convocadas por los sindicatos europeos.
Unas 20.000 personas exigen que los líderes europeos rechacen los cortes de salarios, prestaciones sociales y subsidios de desempleo, aumento de edad de la jubilación y otras medidas que se adoptan para reducir los gastos presupuestarios de los países de la UE.