Al expirar en la noche del 16 al 17 de mayo el plazo legal para formalizar su alianza estratégica, la petrolera estatal rusa Rosneft y la británica BP han quedado libres de su compromiso.
Las dos empresas acordaron en enero pasado colaborar para explorar conjuntamente los yacimientos de hidrocarburos en el Ártico. El objetivo de las negociaciones entre Rosneft y BP era formar una empresa mixta en el plazo de dos años para explorar tres bloques en una zona de 125.000 kilómetros cuadrados en el mar de Kara, cerca de la isla de Nóvaya Zemliá.
La posible alianza entre Rosneft y BP fue evaluada por los analistas como una operación de gran escala que permitiría a Rosneft convertirse en una empresa global y acceder a nuevas tecnologías, y que daría a BP la oportunidad de superar las consecuencias negativas del vertido de petróleo del Golfo de México. Las dos empresas planeaban un intercambio de acciones que hubiera otorgado a la británica un 9,53% del capital de Rosneft y a ésta, un 5% del de BP.
Rosneft se retiró de la alianza porque los accionistas locales en la empresa conjunta TNK-BP en Rusia, un grupo de magnates rusos de la industria con el nombre de consorcio Alfa-Access-Renova (AAR), paralizaron el acuerdo. El Tribunal de Arbitraje de Estocolmo, al que recurrió AAR, obligó a las dos compañías a incluir en la operación éste grupo, que alegó que debería haber sido consultado sobre la futura alianza. Los intentos de BP por comprar la participación de AAR en TNK-BP para desbloquear la operación no dieron resultado por diferencias sobre el precio.
Ahora Rosneft tendrá que buscar otros socios para desarrollar las explotaciones de petróleo en la parte rusa del Ártico. Entre los candidatos se encuentran Exxon, Royal Dutch Shell y Chevron.
La cotización de las acciones de Rosneft descendió ayer cerca de un 2% en la Bolsa de Moscú.