La economía de Japón entró en recesión durante el primer trimestre del año debido a la caída de la actividad económica provocada por el desastre natural y tecnológico del pasado 11 de marzo.
El Gobierno del país anunció que entre enero y marzo el PIB se redujo un 3,7% en tasa anualizada y un 0,9% en comparación con el trimestre anterior. Las caídas se registraron tanto en el gasto de los consumidores (0,6%) como en la inversión empresarial (0,9%). El receso resulta superior a lo que pronosticaban los analistas.
El ministro japonés de Política Económica y Fiscal, Kaoru Yosano, atribuyó la caída en ese período al impacto del sismo, que se produjo en el contexto de una recesión general que vivía el país por la crisis financiera internacional. Tras el desastre de marzo, multinacionales como Toyota Motor, Honda o Sony se vieron obligadas a detener la producción en muchas de sus fábricas. Además, las fugas radiactivas de la central nuclear de Fukushima han provocado cierta desconfianza en los importadores de productos japoneses.
Sin embargo, el ministro Yosano se mostró convencido de que el PIB puede crecer el 1% en este ejercicio fiscal, apoyado por la demanda interna generada por la reconstrucción. En marzo concluyó en Japón el año fiscal 2010, en el que la economía japonesa consiguió un crecimiento de 2,3% gracias a los planes de estímulo diseñados por el Gobierno.