Moscú firmó un importante acuerdo con Washington para suministrar helicópteros militares rusos Mi-17 a las fuerzas de seguridad en Afganistán.
El respectivo contrato ha sido suscrito entre el Departamneto de Defensa estadounidense y la agencia estatal exportadora de armas rusa Rosoboronexport. Según una portavoz del Ejército de EE. UU., el importe total de la transacción se valora en más de 360 millones de dólares.
Es el primer documento en materia técnico-militar suscrito directamente con el Departamento de Defensa norteamericano. En dos años se prevee que las fuerzas aéreas de Afganistán reciban unos 21 helicópteros desarrollados por la oficina de diseños Mil, Mi-17 (versión avanzada del veterano Mi-8).
Dicha versión de la familia de helicóptero multifuncional Mi-8 fue diseñada para operaciones en zonas montañosas.
Según el Departamento de Defensa estadounidense, el objetivo de la transacción es reforzar el potencial del Ejército y las Fuerzas Armadas afganas, que ya disponen de cierta cantidad de estos aparatos, cuando sus tropas abandonen definitivamente el país centroasiático.
En virtud del contrato suscrito este sábado, también serán suministradas piezas de repuesto, equipos y servicios de mantenimiento.
La entrega del primer lote de aparatos está prevista en octubre del año en curso. Los helicópteros serán fabricados en la planta de Kazán.
Según el diario ruso Kommersant, la parte estadounidense inscribió el contrato en un antiguo programa militar con el fin de evitar tener que recibir el visto bueno del Congreso, que lógicamente prefería armar a los afganos con armas norteamericanas.
El secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, comentó hace meses que problemas políticos internos obstaculizaban la firma del contrato de armamento con destino a Afganistán.
Gates reconoció que los Mi-17 "se adaptan bien a las condiciones afganas y los afganos los conocen", pero los congresistas y los fabricantes estadounidenses "no entienden por qué queremos comprar helicópteros rusos" para Kabul.