Grecia tendrá que introducir un programa de austeridad más profundo y acelerar el proceso de privatización a cambio de un rescate financiero internacional para evitar el impago.
Los funcionarios de la zona euro reunidos en Viena acordaron en principio un nuevo programa a tres años para Grecia que funcionará hasta mediados de 2014, según una fuente cercana a los negociaciones citada por Reuters. El paquete sustituiría al fondo de rescate de 110.000 millones de euros aprobado por la UE y el FMI hace un año.
Pero mientras que hasta ahora los contribuyentes cargaban sobre sus hombros con el peso de la ayuda pecuniaria para Grecia y otros 'compañeros' de infortunio (como Irlanda y Portugal), el nuevo acuerdo implicaría una participación de los inversores del sector privado.
Según el periódico griego Kathimerini, el monto del rescate ascenderá a 85.000 millones de euros a tres años hasta 2014, de los cuales entre 30.000 y 40.000 millones los aportarán la UE y el FMI.
“El resto provendrá del sector privado y los ingresos de la privatización”, reza Kathimerini. La opción más probable es que los acreedores privados, principalmente bancos, intercambien sus bonos por otros nuevos con vencimiento en un periodo de 10 a 15 años.
Atenas, que está emprendiendo esfuerzos para reducir su déficit presupuestario, todavía no ha firmado el acuerdo. Cualquier cosa acordada en Viena debe ser aprobada por los ministros de Finanzas de la zona euro, algunos de los cuales se muestran reacios a la prestación de ayuda adicional a Grecia.
Todo dependerá del primer ministro de Grecia, George Papandreou, que a su vez presentará un plan presupuestario a medio plazo cuando se encuentre con el jefe de los ministros de Finanzas de la zona euro.
Mientras tanto, en Atenas los izquierdistas organizaron una protesta contra el Ministerio de Finanzas colgando una enorme pancarta que denuncia las políticas actuales.
“Tenemos un deber sagrado hacia nuestros hijos y nosotros mismos de cancelar los planes para convertir a los trabajadores en modernos esclavos. No debemos permitir que nuestros hijos trabajen por obtener salarios miserables. Si no luchamos para derrotar estas políticas, su futuro laboral será un infierno”, afirman los activistas del grupo comunista PAME.
Según un alto funcionario del Gobierno griego, pese a las manifestaciones el país ya se había comprometido a tomar medidas de austeridad más profundas que permitieran ahorrar unos 6.400 millones de euros, incluyendo el aumento de los impuestos, para reducir el déficit presupuestario en 2011.