El presidente de EE. UU., Barack Obama, está dispuesto a hacer concesiones de importancia al Congreso para resolver el problema del presupuesto y aumentar el límite de endeudamiento, informó el director de Presupuestos de la Casa Blanca, Jack Lew, en una entrevista con medios de comunicación estadounidenses.
Lew señaló que “los líderes del Congreso comparten la opinión de la inadmisibilidad del impago”. En la actualidad, los representantes en el Congreso —republicanos y demócratas— no han alcanzado aún un acuerdo sobre la manera de reducir gastos y afrontar la deuda pública, cuyo valor está ya próximo al PIB del país.
Por el momento no se ha tomado ninguna decisión concreta: los republicanos en el Congreso han hecho caso omiso del ultimátum de Obama sobre la elevación del tope de deuda, lanzado hace ya más de 36 horas.
Algunos analistas de EE. UU. son de la opinión de que todo el enfrentamiento entre republicanos y demócratas sobre el tema de la deuda tiene como objetivo desacreditar a Barack Obama a un año de las elecciones presidenciales.
Con anterioridad el presidente estadounidense declaró que de no incrementarse el límite de endeudamiento, las arcas del Estado norteamericanas no dispondrán de suficientes recursos para pagar las pensiones, ni para cancelar la deuda externa.
EE. UU. superó el límite de préstamos del exterior, establecido en el nivel de 14,2 billones de dólares, en mayo de este año. Si antes del 2 de agosto el Congreso no aprueba una subida del límite de endeudamiento, por primera vez en su historia EE. UU. no será capaz de ajustar sus cuentas. Tal situación podría provocar la mayor crisis financiera mundial.