Los traspiés de las agencias de calificación: ¿errores de cálculo o fallos calculados?

La noche del domingo la agencia calificadora Standard & Poor's rebajó por primera vez desde el año 1917 la calificación de solvencia crediticia de Estados Unidos hasta el nivel 'AA+' con perspectiva "negativa". Se trató de una medida sin precedentes que la Casa Blanca tildó de errónea, esgrimiend

La noche del domingo la agencia calificadora Standard & Poor's rebajó por primera vez desde el año 1917 la calificación de solvencia crediticia de Estados Unidos hasta el nivel 'AA+' con perspectiva "negativa". Se trató de una medida sin precedentes que la Casa Blanca tildó de errónea, esgrimiendo que la agencia se equivocó en 2 billones de dólares cuando calculó el ratio de la deuda sobre el PIB.

Las agencias internacionales de calificación siempre han estado en el punto de mira de los gobiernos: les recriminan su lenta reacción, la incapacidad de reflejar la situación real e incluso las implican en casos de sobornos. Sin embargo, hasta el momento todos los intentos por llevarlas ante los tribunales han fracasado. ¿Qué vaticinios de las agencias del rating han resultado fatales para la economía mundial? RT les presenta la lista de sus errores.

Noviembre de 2001: la bancarrota de la corporación energética Enron, acusada de ocultar gastos, inflar los ingresos y falsificar sus balances. Las agencias crediticias fueron acusadas en aquél momento de tardar mucho en detectar la nefasta situación de la empresa: su caída comenzó en octubre, y duró todo el mes de noviembre, pero el grado de 'bono basura' le fue atribuido solo el 28 de noviembre.

Enero de 2007: en vísperas de la crisis financiera los inversores empezaron a perder activos colocados en las obligaciones CDOs (Collateralized debt obligations). La mayoría de estas obligaciones, emitidas por entidades de confianza (como Credit Suisse Group) tenían calificaciones máximas, 'AAA' y eran muy apetecibles. Después de que estallara la burbuja de la deuda pública, los CDOs se convirtieron en basura, aunque las agencias no fueron capaces de preverlo.

Septiembre de 2008: la quiebra de Lehman Brothers. Las agencias de calificación de riesgos  reaccionaron a la caída del banco y de la compañía de seguros American International Group en el último momento. Posteriormente, durante las audiencias en el Congreso, ex altos funcionarios de Moody’s y S&P reconocieron que se trataba de un conflicto de intereses, ya que las compañías fracturadas habían estado pagando a las agencias. Más tarde, representantes de Moody’s, Fitch y S&P admitieron que los analistas que determinaban las calificaciones seguían formando parte de su plantilla.

Octubre de 2008: las municipalidades islandesas exigen una investigación meticulosa de las actividades de las agencias calificadoras. Las autoridades locales, que tenían alrededor de 1.500 millones de dólares de los contribuyentes en cuentas en los tres bancos estatales del país, acusaron a las agencias de haber mantenido altos los 'rating' de esas entidades financieras. Las audiencias llevadas a cabo en un tribunal de Nueva York terminaron dando la razón a los analistas.

Otoño de 2009: los fiscales de los estados de Ohio, Connecticut y California presentaron demandas contra el trío de las agencias calificadoras, declarando que sus evaluaciones afectaron los mercados estadounidenses. Las agencias argumentaron que han publicado sus opiniones, por lo que no pueden ser procesadas.

Mayo de 2010: el Fondo de Pensiones de California demandó a las agencias de calificación. Según la entidad, sus actividades propiciaron que el fondo perdiera 1.000 millones de dólares. La Justicia no accedió a la demanda.

Mayo de 2011: la Fiscalía de Portugal abrió una investigación contra Fitch, Moody's y S&P. Los resultados aún se desconocen. Sin embargo, después de que Moody's calificara la deuda lusa como ‘bono basura’, la administración de la UE anunció que las agencias de rating que operan en EE. UU. no son imparciales con los países europeos. El presidente de la comisión Europea, José Manuel Barroso, señaló que las evaluaciones de las tres principales agencias generan especulaciones en los mercados financieros y las acusó de crear un oligopolio.

Julio de 2011: el primer ministro de Rusia, Vladímir Putin, respaldó la idea de crear una agencia de calificación en los países de la Comunidad Económica Euroasiática (EurAsES). Días después la canciller alemana Ángela Merkel alentó a Europa a que crease su propia agencia, tomando el ejemplo chino, donde funciona desde el año 1994 la calificadora Dagong Global Credit Rating.

Agosto de 2011: la fiscalía de Italia, país que afronta el riesgo de convertirse en la próxima víctima de la crisis de deuda en Europa, se incautó de varios documentos en las oficinas de Moody's y S&P e interrogó a los analistas, bajo la sospecha de que pudieron provocar “turbulencias en los mercados internacionales”.