La sorprendente decisión de la agencia Standard & Poor's (S&P) de privar a EE. UU. de la mayor calificación de deuda es como una piedra caída del cielo, que repercutiría no sólo en la economía estadounidense sino también a nivel internacional. ¿Qué nos depara el futuro económico?
¿Qué pasará con el dólar?
En primer lugar la medida de S&P que rebajó, por primera vez en la historia, la calificación de la solvencia crediticia de EE. UU. de 'AAA', la máxima posible, a 'AA+' supone una amenaza para el dólar como divisa de reserva mundial. El tipo de cambio de la moneda estadounidense, que ya ha perdido mucha sangre en los juegos electoralistas de los demócratas y los republicanos, ahora caerá más bajo.
La velocidad de su bajada frente al euro no será muy grande: la moneda europea también está perdiendo valor a causa de la crisis en la eurozona, y la única pregunta es cuál se desplomará más rápidamente. Sin embargo, el franco suizo y el yen japonés servirán como refugio seguro que establecerán nuevos récords.
El estado inestable del dólar aumenta la inquietud de casi todos los bancos centrales acerca de la divisa para mantener sus reservas, incluso China, ya ha dado la señal de alarma. El proceso de depreciación de la moneda se acelerará si la segunda economía del mundo, con sus más de tres billones en reservas con un 60% nominado en dólares, decide cambiar una pequeña porción de dólares, por ejemplo, por euros.
Rusia a su vez se muestra tranquila al declarar que no tiene la intención de revisar el monto de inversión en los fondos de reserva en dólares, ya que no existe una gran diferencia entre 'AAA', y 'AA+'.
La presión sigue aumentando
Las bolsas de Asia mantuvieron la tendencia a la baja de la semana pasada, cuando la mayoría de índices bursátiles mundiales registraron pérdidas.
Así, al inicio de sesión, el Nikkei de la bolsa de Tokio bajó un 1,31%, mientras que los mercados de Hong Kong, Seúl y Shanghái registraban pérdidas del 3,59%, 1.73% y 2% respectivamente.
Como este fenómeno adquiere dimensiones globales, también afectará a los activos denominados en dólares y los inversores en los próximos días se librarán de al menos una parte de dichos activos.
Además incrementará el precio del servicio de la deuda de EE. UU. El Tesoro estadounidense por muchos años disfrutó de una tasa de interés mínima de sus bonos. Ahora, inevitablemente, las tasas subirán, y tomando en consideración el tamaño de la deuda hasta el crecimiento de un interés insignificante le costaría a EE. UU. decenas y cientos de miles de millones de dólares.
No es tan feo el diablo como lo pintan
Sin embargo, los días del dólar no están contados todavía a pesar de una disminución del 'ranking', ya que el mundo de calificación se basa en tres pilares, y si uno de ellos dejó 'colgado' al Departamento del Tesoro de EE. UU., otro (Moody's) le dio su apoyo, al confirmar la calificación más alta la semana pasada, y el tercero (Fitch Ratings) aún está a la expectativa.
Otro factor favorable es que, con el amplio abanico existente, en realidad no hay una alternativa al dólar. Las perspectivas del euro, que podría aprovecharse de la debilidad de su oponente, son muy vagas: la propagación de la crisis en Italia amenaza a la zona euro con problemas aún más graves que los de EE. UU. La libra esterlina, el yen, el franco suizo, o el yuan no pueden reemplazar totalmente al dólar en las reservas.
Los bonos del Tesoro del Gobierno de EE. UU y su reputación impecable de pagos de deuda también están de parte del dólar. Y los inversores no tienen otra fuente para invertir: los bonos del Tesoro siguen siendo el instrumento financiero más fiable en comparación con los demás.
S&P tampoco califica a la primera economía del mundo de irremediable y se muestra dispuesta a devolver la más alta calificación dentro de 9-18 años.
Mientras tanto, el mundo no estaba preparado para este tipo de evolución de los acontecimientos.
Esto es evidente por la reacción nerviosa del G7, acostumbrado a mantener sus reservas en dólares. Hoy en día nadie está interesado en el colapso de la moneda de EE. UU., esto es evidente por las reuniones urgentes, discusiones, y los intentos de encontrar una solución, a pesar de que fuera fin de semana.