La evolución de los acontecimientos en la zona euro no presagia nada bueno. La crítica situación en España, país al que la agencia de medición de riesgos Standard & Poor's le rebajó el rating crediticio, hace que los políticos europeos busquen aliados en otras partes del mundo. ¿Se trata del ocaso económico de Europa?
Europa escogió métodos económicos equivocados
En particular, Rusia está considerando la compra de la deuda española. Pero el problema en general es que los intereses políticos europeos tienen estrategias a corto plazo, como afirman los analistas de la revista Forbes. El futuro se aprecia en tonos grises y aunque hace un año era posible salir bien librado gracias a "pequeñas operaciones quirúrgicas", como proponer la "extirpación" del tumor de Grecia de la zona euro, dentro de un año más esto será dificíl si se insiste en mantener la política actual. La salvación de la zona euro requerirá sacrificios muchos mayores.
Todo esto significa que Europa escogió método equivocado para el tratamiento de la crisis. En vez de admitir que sus deudas son demasiado grandes y no hay posibilidad de salvar a todos sus integrantes, las autoridades juegan una partida socialmente comprensible, pero económicamente irremediable.
Cada movimiento causa inevitablemente más descontento entre los países fuertes, que tienen que pagar por las naciones endeudadas. Hace poco, la lista de inconformes la encabezaba Alemania, hoy es Eslovaquia quien obstaculiza los fondos de salvamento, aunque finalmente ratificó la ampliación del fondo de estabilización.
Salvar a los que se están ahogando es asunto de los que se están ahogando
Y es que los “egoístas” tienen razón: no es posible rescatar a todos. Europa tendrá que admitirlo cuando se enfrente a la necesidad de recoger otro billón de euros para los deudores.
En julio del 2011, según estimaciones del profesor Hans-Werner Sinn, de la Universidad de Múnich, la ayuda financiera alcanzó 815.000 millones de euros y teniendo en cuenta todas las fuentes ascenderá a 1.683 billones de euros.
Si Grecia, Irlanda, Portugal y España se declaran en quiebra, la deuda alemana aumentará en 469.000 millones de euros y la francesa en 324.000 millones de euros. Y hasta ahora los préstamos de buena vecindad a gran escala solo han permitido que los países insolventes mantengan el déficit de su cuenta corriente y presupuestaria, a costa de mantener el alto nivel de vida a que se acostumbraron.
El eurocírculo vicioso
En general, en Europa existe un "círculo vicioso": la falta de nuevos préstamos debilita el crecimiento económico y empeora los índices macroeconómicos, lo que obliga a los bancos a bajar los activos. La crisis bancaria no se resolverá hasta que se encuentre una solución para la crisis de la deuda pública.
Así, esta crítica situación en las finanzas públicas debilita a los bancos y los bancos a su vez contribuyen a empeorar la posición de los estados. Todo esto agrava la situación financiera de Europa. Y más porque los instrumentos existentes para su salvación económica no son eficaces.
¿No hay de qué quejarse?
Hace poco, el Banco Central Europeo (BCE) amplió el programa de crédito bancario ilimitado hasta el 2013: es decir que concederá préstamos de 12 a 13 meses exigiendo fianza por los títulos. El programa de refinanciamiento convencional ilimitado fue prorrogado hasta julio de 2012. Además, el BCE reanudará en noviembre la compra de los bonos garantizados por hipotecas y otros activos por un monto de 40.000 millones de dólares.
Estas medidas contribuyen al mantenimiento de la liquidez actual, pero no resuelven el problema principal: la aguda escasez de capital.
Además del BCE, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF) pronto será capaz de proporcionar asistencia financiera a los bancos y los países endeudados. Su capacidad se ha incrementado de 250 a 440.000 millones de euros (780.000 millones de euros con garantías), tres veces menos del total de la deuda de Italia y España. Además, para el funcionamiento del fondo de estabilización hay un conjunto de trampas.
En primer lugar, no está claro cuál sea el procedimiento de aprobación de préstamos para los bancos individuales.
En segundo lugar, los países clave aún no han llegado a un acuerdo: Francia desea ayudar a los bancos a través del fondo de estabilización, mientras que Alemania insiste en que los bancos deben primeramente buscar fondos en el mercado de capitales y luego recurrir a los reguladores nacionales y solo como último recurso al fondo de estabilización.
En tercer lugar, ante el inminente agotamiento del Fondo de Estabilización no se permite usarlo como garantía para atraer a nuevos prestamistas. Y esto es lo que Europa necesita urgentemente ahora, por lo que ha puesto sus esperanzas en Rusia, China y los países del Golfo Pérsico.
Es probable que la decisión final de los acreedores sea adoptada tras la cumbre de la UE, que se celebrará el próximo 23 de octubre.