Los obreros de Opel en Alemania inician huelgas
Los trabajadores de cuatro fábricas de Opel situadas en Alemania han comenzado una serie de huelgas protestando contra la decisión de la compañía estadounidense General Motors (GM) sobre el destino de su filial alemana. Los jefes de GM anunciaron que van a mantener el control de Opel y no planean venderla al consorcio ruso-canadiense Magna-Sberbank.
La primera huelga ya ha empezado en la planta de Rüsselsheim, en la sección principal y más antigua de Opel en el país. Posteriormente, los obreros de otras fábricas -en Bochum, Eisenach y Kaiserslautern- también iniciarán protestas. Según los organizadores de estas acciones, desde este viernes las huelgas abarcarán todas las plantas europeas.
Klaus Franz, presidentedel comité de la empresa de Opel europeo, prometió ayer: "Las protestas comenzarán en Alemania y los efectos se harán extensivos en toda Europa". Según Franz, los obreros protestarán contra el cierre de algunas fábricas y contra los despidos.
Anteriormente, GM había comunicado que iba a despedir a 10.000 obreros. Sin embargo, el sindicato alemán del sector industrial IG Metall, junto con el consejo de producción de Opel, prometieron impedir las reducciones del personal de la compañía.
General Motors ha renunciado a vender sus filiales europeas al consorcio formado por el banco ruso más grande, Sberbank, y la firma canadiense de autopartes, Magna. El negocio, aprobado inicialmente en septiembre, fue anulado la noche del martes durante una importante reunión que se prolongó seis horas. Según el consejero delegado de GM, Fritz Henderson, la mejora de la situación económica en Europa y la estabilidad financiera del fabricante han sido las causas principales para la toma de esta decisión. Últimamente, la situación financiera en GM "se ha fortalecido", por lo que los jefes de la empresa estadounidense planean reorganizar sus secciones europeas, dijo Henderson.
La decisión de la compañía norteamericana produjo sorpresa en los gobiernos ruso y alemán. "Anteriormente, GM entregó el control de su división europea a la planta de Figueruelas, que casi aprobó este convenio y otras medidas que se encontraban bajo su competencia. En este sentido, la decisión anunciada por el Consejo de Administración de GM causó mucha extrañeza", dijo Dmitri Peskóv, el asistente del primer ministro ruso Vladimir Putin. Por su parte, el Gobierno de Alemania calificó la decisión de "inadmisible".