Este jueves se celebró la última ronda formal de consultas del Grupo de Trabajo sobre la adhesión de Rusia a la Organización Mundial del Comercio (OMC), hecho que contribuirá al crecimiento económico del país gracias a la diversificación de los mercados.
El camino espinoso hacia la OMC
Como resultado de la reunión se aprobó un paquete de documentos con la gama completa de derechos y obligaciones de Rusia ante la OMC que complete el proceso de incorporación, que duró 18 años.
El camino hacia el ingreso al organismo internacional estaba lleno de obstáculos, pero Rusia logró superarlos.
Desde 1993, el Gobierno había hecho intentos por ingresar a este organismo al que pertenecen 153 países, de los cuales dos -Estados Unidos y Georgia- se oponían rotundamente a la membresía rusa y dilataron el proceso, hasta casi hacer enfriar por completo el ánimo de Moscú de unirse a este grupo.
No obstante, ahora con una economía fortalecida y en el escenario de la crisis mundial, el ingreso de Rusia es casi inminente, gracias a los acuerdos alcanzados con Tbilisi y el visto bueno de Washington, lo que abre enormes posibilidades para el comercio ruso y mundial.
La incorporación de Rusia acarreará beneficios tanto para el mismo país como para todo el mundo. Así lo declaró el director general de la OMC, Pascal Lamy, que cree que la inclusión de Rusia ayudará a atraer inversiones y creará oportunidades, y añadirá transparencia, estabilidad y previsibilidad a las transacciones comerciales.
“Rusia conseguirá la marca de calidad para las inversiones extranjeras directas. Según muestra la experiencia de Arabia Saudí, China y otras economías, después de acceder a la OMC las inversiones extranjeras crecerán más rápidamente, ya que los inversores se mostrarán confiados de que la economía rusa siga rutas predecibles y estables”.
Pros y contras de la adhesión
“El ingreso a la OMC va a garantizar a Rusia un trabajo legal. Si Rusia cambia su punto de vista, podrá exportar a otros mercados en diferentes países. La calidad de los productos va a ser igual y los procesos se van a simplificar. Sin duda alguna el comercio y la inversión van a aumentar”, dijo el empresario Frank Schauff.
Muchos creen que este es el impulso que necesitaba Moscú para modernizar su industria, mejorar su competitividad y para enfrentar los agresivos mercados internacionales que podrán ser aprovechados por las grandes corporaciones rusas.
“El ingreso a la OMC significa el incremento de la competitividad. Y esto significa que todos los que quieren participar en el proceso competitivo tienen que ser innovadores, respecto a la producción de los productos, al incremento de la calidad de los productos, etc. Sólo así podrán sobrevivir”, agregó Schauff.
Pero así como para muchos la noticia fue motivo de alegría y expectativa, para otros es fuente de preocupación y escepticismo, por considerar que la membresía afectará a la industria nacional.
“El problema es que todavía no han hablado públicamente de las condiciones para que Rusia pueda entrar en la OMC. Hasta ahora no sabemos en qué condiciones puede entrar. Creo que va a afectar negativamente la economía de nuestro país; es decir, que Rusia tendrá que reducir radicalmente la subvención en agricultura y a la vez tendrá que abrir su mercado de alimentación. Si ahora Rusia importa la mitad de los productos alimenticios, luego vamos a importar el 60, 70, 80%. Nuestra agricultura va a caer en recesión. Creo que esto traerá muchos problemas. Y no me alegro de que Rusia entre en la OMC”, destacó Konstantín Babkin, co-propietario de la empresa rusa Rostselmash.
La aprobación del inicio del trámite de admisión es solo el primer paso de un largo proceso que puede durar meses y que debe pasar por diferentes instancias burocráticas que alargarán el camino para conocer si el ingreso de Rusia a la OMC, es el salvavidas que la crisis mundial necesita y si es beneficioso o perjudicial para la industria nacional.
Por el momento, la OMC representan el 95% del comercio mundial.