El Gobierno de Cuba ha cerrado 152 de las 178 empresas y organizaciones vinculadas con el sector de la producción y distribución del azúcar. Quedan a flote solo las 26 entidades fabricantes que últimamente han logrado una zafra eficiente, según explica el principal periódico gubernamental, 'Granma'.
El objetivo es reducir un 55% los gastos administrativos: una medida drástica que prepararía un nuevo auge en la otrora poderosa industria azucarera. El Gobierno sugiere a los productores de caña y a los operarios de la transformación que tiene mercado para vender el producto y precios favorables, pero necesita asegurarse una mayor producción y calidad. Para eso es preciso dotar al sector de mayor integralidad, sugieren los políticos.
Un número importante de trabajadores de las empresas menos eficaces ya han sido despedidos, después de que los funcionarios del sector agrario reportaran el año pasado la cosecha más baja en 105 años en Cuba. 'Granma' indica que ninguno de los que actualmente están perdiendo el trabajo por culpa de la reestructuración será abandonado por el Estado. El propio presidente cubano, Raúl Castro, señaló que no se puede olvidar que el sector azucarero aglutinaba una de las fuerzas obreras más revolucionarias que tuvo el país.