El Instutito Brasileño de Medio Ambiente impuso una multa de cerca de 28 millones de dólares a la petrolera estadounidense Chevron por un derrame de crudo que causó la compañía en el pozo petrolero Fradi, en el litoral de Río de Janeiro.
Según el ministro de Medio Ambiente del estado de Río de Janeiro, Carlus Mink, la mitad de la multa será destinada al restablecimiento de los parques naturales afectados por el derrame de petróleo.
El Gobierno del estado tiene previsto también presentar una demanda civil para exigir una indemnización de unos 58 millones de dólares por los daños causados a la biodiversidad marina y a los bienes del litoral.
"No seremos contemplativos, actuaremos con el máximo rigor en el examen -de lo ocurrido- y en las providencias" que adoptarán las autoridades, advirtió el ministro de Energía, Edison Lobao.
Según la Agencia Nacional Petrolera de Brasil, del 8 al 15 de noviembre de 2011, por una grieta en el hondo cerca del pozo de Chevron, diariamente penetraban al mar de 200 a 330 barriles de petróleo.
Al tapar el pozo Chevron, las fugas de petróleo se han reducido y ahora, según el Instituto, continúan "solo en ciertos lugares".
Según los últimos datos, la mancha petrolera alcanza unos 12 kilómetros cuadrados. Se consiguió quitar de la superficie unos 385 metros cúbicos de la mezcla del crudo y el agua marítima. El viento y las corrientes llevan la mancha al océano abierto.
Por su parte, el presidente de Chevron Brasil, George Buck, subrayó que la compañía transnacional "actúa estrictamente según la legislación medioambiental brasileña" y asume la responsabilidad por las consecuencias del derramamiento de petróleo.
"Es un incidente de gran preocupación. Y tiene que preocuparnos también aquí, en Estados Unidos, dada la experiencia que atravesamos" con el desastre ecológico en el Golfo de México en abril de 2010, indicó el responsable.