Al parecer, la historia va desarrollándose en ciclos. Hoy en día es la zona euro –principalmente Grecia, Italia, Portugal y España– la que está convulsionada, dejando a decenas de miles de personas sin posibilidades financieras a mantenerse a flote. Hace 10 años una profunda crisis sacudía otro hemisferio.
En diciembre de 2001 fue la economía de Argentina la que vivió sus peores días, llegando a declarar lo que muchos consideran como el mayor default en la historia del capitalismo mundial y acabando con el Gobierno del entonces presidente De la Rúa al grito de 'que se vayan todos'.
Entre dos fuegos
Uno de los que quedó entre dos fuegos es Alejandro Stratiotis, un operador de bolsa con doble ciudadanía: argentina y griega. Recordando su triste experiencia de hace 10 años en Buenos Aires, cuenta: "Al no poder la gente retirar la plata de los bancos y estando las puertas cerradas, la gente las golpeaba para poder entrar. Quería sí o sí entrar y buscar su dinero, cosa que era imposible porque el cerrojo ya estaba puesto. Y la plaza de Mayo era un hervidero de gente, con manifestantes y la policía reprimiendo".
Hoy en día en la capital argentina hay calma y la economía del estado sudamericano va creciendo. Pero no es el escenario donde actúa Stratiotis. A él le toca ver ahora cómo las severas medidas anticrisis sacuden Grecia, provocando un panorama social muy semejante a los efectos provocados por la fuerte devaluación del peso argentino hace una década.
Tras precisar que sin haber devaluado el euro “porque no se puede”, Stratiotis enumera las medidas que se tomaron en el Estado griego: restricciones, suba de impuestos, baja de sueldos y gente que tuvieron que despedir del sector público. Para él eso es como “si ya hubieran hecho una devaluación”.
La comparación del caso argentino y la situación qua actualmente atraviesa Grecia va mucho más allá de esta similitud.
La crisis financiera, ¿un instrumento para controlar naciones?
"El origen del problema griego es monetario porque tienen una moneda muy apreciada, como Argentina en la década del 90, que no está en línea con la productividad de la economía griega. En este marco, las cuentas fiscales de Grecia -al igual que en la Argentina a comienzos del 2000- no son sustentables en el tiempo", dice el analista internacional de la Fundación Economía y Regiones, Diego Giacomini.
En relación a estas lecciones del pasado argentino de las que Grecia podría sacar provecho, el analista político Adrian Salbuchi sostiene una opinión distinta. “Hace 10 años el cartel bancario internacional alineado con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Departamento del Tesoro de EE. UU., las agencias de calificación y los medios de comunicación de la corriente dominante, la así llamada ‘mainstream’, trabajaron juntos para colapsar el sistema financiero y monetario de Argentina. Pero al mismo tiempo lograron salvar a todos sus bancos que operaban en el país”, explica el analista a RT.
“Los argentinos vieron cómo su dinero queda atrapado en los bancos, cómo sus depósitos en dólares eran arbitrariamente cambiados por pesos locales devaluados a cotizaciones fraudulentas. ¿Los resultados? En 2002 el PIB se redujo en un 40%, y la mitad de la población cayó por debajo del umbral de la pobreza, algo de lo que la mayoría jamás se recuperó. Violencia y muerte invadieron las calles. Ejecuciones hipotecarias, quiebras y una guerra social a gran escala que dejó al país borde de la guerra civil. ¡Y ni un solo banco quebrado!”, sentencia Salbuchi.
“Vemos este mismo escenario una y otra vez si pasamos a la Grecia de hoy, a Irlanda, Italia, España, Portugal, EE. UU. y a otros países. No son errores cometidos por un gobierno de turno, sino un modelo auténtico diseñado para controlar naciones enteras, imponiéndoles deudas públicas innecesarias y fraudulentas”, sostiene el analista.
¿Estamos ante una demolición controlada de la UE?
Pero a pesar de todas las similitudes, el modelo argentino y el modelo heleno son diferentes en cuanto a sus raíces, sostiene el analista político, Jorge Castro. "El caso de Argentina es distinto porque lo que hubo en ese momento fue ante todo una crisis de todo el sistema político", explica.
Otra diferencia fundamental, según opina el politólogo Atilio Borón, entre ambas situaciones es el sistema de alianzas regionales del que disponía la Argentina de 2001 y la Grecia actual. La realidad helena es monitoreada por toda la zona euro. Por el contrario, en el caso de la nación sudamericana, en aquel momento sus principales socios comerciales eran los países desarrollados que se negaron a brindar ayuda. La solución argentina fue poner su mirada en los estados emergentes. Según la cifra oficial, los miembros del Mercosur reciben hoy casi la cuarta parte de las exportaciones argentinas, un lugar que antes lo ocupaba la Unión Europea.
El analista político Adrian Salbuchi, por su parte, argumenta que es muy probable que la situación económica actual no tenga solución. “¿Son acaso los euro-dramas crecientes la prueba de que estamos ante una demolición controlada de la UE con el fin convertirla en algo completamente nuevo? Un famoso proverbio dice que la rana sumergida en agua ardiendo salta escaldada y sobrevive, mientras que en caso de ser metida en agua tibia, donde la temperatura aumenta un grado cada cinco minutos, acabará cociéndose y morirá. Ante nuestros ojos se lleva a cabo un auténtico rediseño del planeta. Pero como es gradual, la mayoría no se da cuenta de lo que está pasando”, lamenta.