Desalojos masivos en España, decenas de años de ahorro para conseguir un préstamo hipotecario en Gran Bretaña, impagos crediticios y miedo en EE. UU... Las consecuencias de la crisis económica se está llevando por delante el sueño de tener una casa propia. En resultado, aumenta el número de personas sin hogar, y la gente que aún no tiene vivienda se ve obligada a alquilar durante años o a cambiar de estrategia de cara al futuro.
Gran Bretaña: ¿treinta años para conseguir un crédito?
Millones de familias británicas tendrán que ahorrar durante 31 años para cobrar el adelanto hipotecario que les permita contratar una hipoteca y obtener su propia casa. Así lo demuestra un informe de la organización analítica Resolution Foundation.
Tan desalentador panorama se cimenta tanto en los elevados precios de la vivienda, como en las grandes sumas que la banca exige como adelanto hipotecario, aseguran los expertos. Ahora la gente tiene que pagar el 23% del coste de la casa para conseguir el crédito. Como una vivienda cuesta de media unos 146.000 euros, el adelanto será de 33.000 euros, una cantidad que una familia media británica sólo podrá ahorrar si destina el 50% de su salario mensual para este fin a lo largo de tres décadas.
Estas dificultades están condenando a los británicos a un círculo vicioso. Sin posibilidad de obtener una hipoteca, la gente se ve obligada a alquilar, dado que la renta casi no se vigila por la ley. Y los dueños y agentes han exagerado los precios, que ahora se sitúan por encima del 50% de los salarios mensuales.
“Tener una casa es una suposición irreal”, dice Paul Smee, director del Consejo británico de Prestamistas. Según Smee, en los próximos años la gente empezará a alquilar aún más que ahora para comprar su propia casa. Por esta razón, según los expertos, cada vez más adultos británicos prefieren vivir con sus padres que invertir todo su sueldo en pagar un crédito.
EE. UU.: la vivienda en propiedad, ¿un mito?
En Estados Unidos el índice viviendas en propiedad ha caído a su nivel más bajo desde 1998, y cada año son menos las personas que pueden embarcarse en la compra de una vivienda, según datos de la Oficina de Censo.
Ello ocurre porque miles de propietarios estadounidenses “están siendo desalojados tras no poder pagar el préstamo” que les concedieron antes de que estallara la burbuja inmobiliaria en EE. UU., asegura Wayne Yamano, director de investigación de la empresa inmobiliaria John Burns Real Estate Consulting.
Además, aunque los precios de la vivienda en EE. UU. han caído considerablemente (un 26% desde 2006), las inmobiliarias punteras como Fannie Mae y Freddie Mac han establecido recaudaciones adicionales considerables (más del 1,5% del volumen del préstamo más aranceles de entre 300 y 850 dólares). Este factor disuade a los norteamericanos, que han visto disminuidos sus ingresos y que ven peligrar sus puestos de trabajo, a la hora de meterse a una hipoteca.
Otro factor que hace que muchos norteamericanos no se decidan a comprar una vivienda es lo inestable de situación económica, que les hace temer que pueda sobrevenir otro desplome financiero y tengan que devolver sus casas recién compradas, como les sucedió a muchos inquilinos que se metieron en un piso cuando estalló la crisis financiera, en otoño de 2008.
Tomando en cuenta estas preocupaciones y ajustes de las empresas inmobiliarias, la gente empieza a optar por no ahorrar para comprar una casa, algo que en su día era un 'sueño' al alcance de muchos. Según expertos encuestados por la editorial McClatchy Newspapers, estamos viviendo "un cambio fundamental en la postura que mantiene la gente respecto la propiedad de la vivienda".
“No tenemos ninguna prisa por comprarnos una casa ahora. Queremos empezar sin deudas. Es una medida de cautela”, dijo una pareja joven a los informadores de McClatchy.
Los analistas afirman que las personas y parejas jóvenes ahorran menos para comprar una vivienda, y prefieren invertir en algo más seguro, como la compra de un coche o dispositivos electrónicos de calidad.
España: la crisis se cuela en los hogares
España está cada vez más endeudada con una cuarta parte de los hogares por debajo del umbral de la pobreza. De ahí que no sorprenda que la cifra de desahucios esté creciendo a un ritmo histórico. Los datos de los últimos meses superan a los anteriores, que ya eran de récord. Según el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en el primer semestre del año han tenido lugar 32.010 desahucios.
Otras estimaciones resultan aún más inquietantes, ya que según un estudio reciente de Alteba (compañía especializada en gestión de activos inmobiliarios) otras 225.000 familias van camino de perder su vivienda.
Además, según advierten los expertos, hay un cambio de mentalidad de los españoles acerca de comparse una casa. Se dice que cada vez más jóvenes escogen pagar el alquiler, en vez de tratar de cumplir con requisitos de la banca para acceder a la hipoteca, que ha causado tantas víctimas sin hogares.